La fluidoterapia en rumiantes se considera en muchas ocasiones muy difícil y una pérdida de tiempo, ya que se necesita un gran volumen de líquido y mucho tiempo para su administración y monitorización. Por esta razón, la fluidoterapia se aplica en pocas ocasiones en ganado vacuno, a pesar de que una terapia adecuada puede mejorar de forma significativa los resultados en gran parte de las situaciones clínicas que nos encontramos.
La fluidoterapia oral se aplica para rehidratar a un animal con deshidratación de leve a moderada y para preservar la motilidad funcional gastrointestinal. Muchos clínicos recomiendan reservar esta práctica para vacas y terneros que pueden mantenerse en pie, que no presentan distensión abdominal y que todavía muestran algún signo de función gastrointestinal (contracciones del rumen audibles, borborigmos y la salida fecal).
Fluidoterapia oral en terneros
La indicación más frecuente para la fluidoterapia en los bovinos neonatos es la diarrea. La diarrea provoca una gran pérdida de líquido y electrolitos a través de una excesiva secreción fecal. En los terneros, la mayoría de las diarreas son secretoras, malabsortivas o una combinación de ambas. Las pérdidas medias fecales son aproximadamente de 2 litros por día, pero pueden ser de hasta 6 litros por día.
Estas pérdidas provocan deshidratación sistémica. Además, se desarrolla una acidosis secundaria debida a la pérdida fecal de bicarbonato. La deshidratación provoca una perfusión pobre de los tejidos, anoxia de los mismos y un metabolismo anaerobio de la glucosa a ácido L-láctico y la fermentación bacteriana de nutrientes en el tracto gastrointestinal para producir ácido D-láctico.
El objetivo principal de la terapia electrolítica es reponer el líquido y las pérdidas electroforéticas para que el ternero mantenga un balance positivo. Esto se consigue mediante tres mecanismos:
1. Proporcionando una fuente de agua y electrolitos adicional. Incluso si la absorción fraccionada de cierto electrolito está reducida, la cantidad total absorbida por el ternero puede incrementarse por el simple aumento de la cantidad ofrecida.
2. Mejorando la absorción. Si proporcionamos al animal los agentes (glucosa y aminoácidos) que faciliten la absorción de sodio mediante mecanismos de cotransporte.
3. Ofreciendo soluciones más digestibles. Por ejemplo, sustituyendo la leche o los lactorreemplazantes, ya que muchos contienen nutrientes que se absorben pobremente, lo que contribuye a la diarrea.
Otros fines de la terapia electrolítica oral, aunque menos importantes, son el mantenimiento del sistema inmunitario y la función entérica, la reducción del potencial impacto negativo de los indices de crecimiento y la reducción de la gravedad de la diarrea.
La terapia electrolítica oral está indicada en cualquier ternero con diarrea que mantenga, al menos parcialmente, el tracto gastrointestinal funcional, es decir, no presente hinchazón, aparezcan borbogismos y exista una producción fecal continua. La terapia oral electrolítica está contraindicada cuando el animal presenta íleo, ya que puede resultar en una acumulación de fluidos en el rumen, en el que fermentan provocando hinchazón y acidosis. Éste proceso puede comprometer la función cardiovascular, exacerbar la acidosis sistémica o causar rumenitis.
Los animales a los que se someta a fluidoterapia oral deben ser capaces de mantenerse en pie y tener reflejo de succión. Los que se encuentren postrados o no tengan reflejo de succión deben recibir fluidoterapia intravenosa, más agresiva.
El consumo diario total de líquido para un ternero diarreico debe ser de alrededor de 8 litros. En muchos de los casos, es aconsejable la sustitución total de la leche por lactoreemplazantes con una solución de electrolitos en las primeras fases del tratamiento de la diarrea. Se debe recordar, sin embargo, que incluso productos que contienen 120 mmol/l de glucosa pueden proporcionar sólo el 20% de las necesidades de energía de mantenimiento y animales con pobre condición corporal pueden necesitar aporte de energía adicional.
La terapia electrolítica oral puede administrarse tanto con una botella provista de una tetina como mediante intubación orogástrica. La absorción es ligeramente más rápida después de la succión, sin embargo, la intubación orogástrica se usa frecuentemente porque se emplea menos tiempo en administrar la terapia a los animales.
Fluidoterapia oral en bovinos adultos
Una vaca Holstein sana, no lactante, de 650 kg tiene unas necesidades mínimas de agua de aproximadamente 40 l por día. Estas necesidades son más del doble en animales en el pico de lactación. En animales enfermos, la demanda de agua para la producción de leche puede verse frecuentemente reducida; sin embargo, los consumos se suprimen y el proceso de la enfermedad conlleva a pérdidas anómalas como la diarrea. La pirexia también podría tener un efecto; una vaca cuya temperatura corporal aumente por encima del rango normal de 38,5 ºC a 39 ºC necesita de 6 a 8 litros de agua adicionales a sus necesidades basales al día por cada grado que aumente su temperatura.
El ganado vacuno adulto que no bebe, que está deshidratado o que sufre de acidosis ruminal puede presentar un aumento de la osmolaridad ruminal. La fluidoterapia oral en el ganado bovino adulto debe ser isotónica o hipotónica y no alcalinizante o ligeramente acidificante (excepto en los casos en los que establezca la acidosis o la sobrecarga de carbohidratos como causa de la deshidratación). La mayor parte de las terapias rehidratantes disponibles comercialmente para terneros no sirven para usarse en adultos.
Es posible preparar una solución oral de rehidratación ligeramente acidificante utilizando componentes que se pueden conseguir fácilmente (ver tabla). Es posible añadir aditivos, como preparados alimenticios microbianos y estimulantes del rumen, y suplementos para animales que han parido recientemente de calcio o de propelin glicol.
Para que la fluidoterapia oral en ganado vacuno adulto sea efectiva se deben administrar de 40 a 45 litros de fluido. Antes se utilizaba un tubo estomacal y un embudo para administrar los 40-45 l de fluido, por lo que se requería mucho tiempo y una persona que ayudara. Ahora existen en el mercado unas bombas (imagen) que se conectan al estómago y hacen que el proceso resulte más rápido y fácil sin la necesidad de una ayudante.
Conclusión
La fluidoterapia oral es una opción terapéutica muy efectiva para los animales que sufren deshidratación de leve a moderada. Se debe realizar un examen clínico para decidir si es adecuado o no someter al animal a una terapia oral. Lo mejor para los animales que no son capaces de mantenerse en pie, no tienen reflejo de succión o muestran signos de íleo es que reciban fluidoterapia intravenosa en su lugar.
¿Qué producto utilizar?
Actualmente en el mercado hay disponible un gran número de productos electrolíticos orales, de hecho es imposible tratar todos en este artículo, sin embargo, hay algunas directrices que pueden aplicarse cuando tengamos que elegir el producto a utilizar:
-Evitar productos con baja osmolaridad. Deben ser isotónicos o ligeramente hipertónicos. Los productos útiles para la rehidratación deben contener al menos 30 g de polvo por litro de agua.
– La concentración de sodio no debe exceder de 145 mEq/l.
– Los productos deben contener un agente alcalinaizante, como por ejemplo bicarbonato, acetato o citrato.
– Se deben cubrir las necesidades nutricionales de los terneros delgados y con diarrea crónica. Para ello, se pueden ofrecer pequeñas cantidades de leche junto con el acetato de la terapia electrolítica. En animales que no pueden tolerar la leche es necesario administrarles una solución electrolítica (400 mmol/l de glucosa).
Autor: Timothy J. Potter
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