octubre 7, 2024 8:42 PM

Aumento de la mortalidad en una explotación del sureste asiático

Este caso clínico sucedió en una gran explotación situada en una de las áreas de alta densidad porcina del sureste asiático. Las granjas se establecieron hace 20 años en viejas naves que han sido adaptadas y manipuladas muchas veces desde entonces. Los propietarios financiaron y organizaron la incorporación de varios sitios de acabado de gran tamaño, localizados en los mismos terrenos, cubriendo unas 20 hectáreas.

Durante los últimos 20 años, las granjas de reproducción han sido llenadas con 1.000 cerdas de reposición, mediante envíos de 100 a 200 animales de varias empresas de genética americanas y europeas. La reproducción se ha creado a partir de dichas importaciones, mediante programas de multiplicación.

La alimentación se realiza con pienso comercial. Los cerdos de engorde se comercializan localmente en vivo en mercados, a tratantes y a pequeños mataderos.

Antes de la aparición de este caso, las cerdas y primíparas recibían vacunas comerciales contra E. coli, parvovirus, mal rojo y leptospirosis. Los lechones se vacunaban varias veces entre las 2 y las 8 semanas de edad contra Aujesky, Mycoplasma, encefalitis japonesa y fiebre aftosa con vacunas comerciales.

Naves de engorde típicas del sureste asiático, con protección contra roedores y pájaros.
Naves de engorde típicas del sureste asiático, con protección contra roedores y pájaros.

Sitios de materinidad y engorde

La explotación se halla situada en un área con clima sub-tropical, con largos periodos de mucho calor y humedad. La refrigeración se basa en rociadores de agua, aunque algunos de los edificios más viejos tienen mala ventilación, debido a la falta de ventiladores adecuados. En la zona se han descrito problemas por melioidosis (causada por Burkholderia pseudomallei) por lo que el diseño de las construcciones limita el acceso de los cerdos a las áreas exteriores y de los roedores y pájaros a las interiores.

Tanto las camadas de cerdas como de primerizas se destetan a los 21 días, momento en qué son pasadas a naves de transición adyacentes. Alrededor de las 10 semanas de edad, se trasladan a naves de cebo, separadas unos 2 km.

Aparición del caso

El equipo de cuidadores de la transición había detectado varios problemas graves, compatibles con PRRS (tanto cepas americanas como europeas) e influenza porcina (ver figura 2). Como en muchas otras explotaciones del sureste asiático con estas enfermedades, la mortalidad en transición estaba alrededor del 8 – 20 %. Los valores de mortalidad en el engorde eran menores (1 a 3 %).

La explotación tiene una gran plantilla formada por hombres y mujeres locales. También hay un pequeño equipo de especialistas técnicos y veterinarios, con algunos consultores externos. Se realizó una visita a pie y en vehículo a las instalaciones, inspeccionando los sistemas de control de la temperatura, el saneamiento, la ventilación y los datos registrados para establecer los niveles de mortalidad de cada sección.

El caso apareció súbitamente cuando, durante un periodo de 7 días, los trabajadores encontraron un gran número de cerdos muertos o muriéndose en el engorde. El equipo de expertos fue a visitar los corrales afectados. El equipo confirmó clínicamente la presencia de diarrea amarilla en el suelo de los corrales y también se detectó la presencia de tos, aunque esto último de un modo poco consistente. Muchos de los cerdos que quedaban estaban deprimidos y apáticos, caminaban sin rumbo y de modo atáxico y habían dejado de comer. Muchos tenían conjuntivitis, entre moderada y grave, con congestión y secreción acuosa intensa. En algunos cerdos, la descarga había producido líneas oscuras alrededor de los ojos, y tenían los párpados pegados. Estos animales solían tener una temperatura de 41ºC. Los muertos y moribundos solían tener una congestión oscura en orejas y hocico, indicativa de cianosis e hiperemia en dichas zonas. Las pezuñas eran normales.

Los datos indicaron un aumento brusco de la mortalidad de un 40 % en algunas naves de engorde durante 1 – 2 semanas.

El equipo llevó a cabo necropsias en varios de los cerdos afectados. Se tuvo la precaución de realizarlas tanto en casos nuevos como en los casos subagudos que llevaban enfermos más de una semana. En ambos grupos se detectaron muchas las lesiones. Las principales lesiones recurrentes fueron hemorragias moderadas en los ganglios linfáticos faríngeos, epiglotis y vejiga (ver figuras 4 y 5). El bazo solía presentar hematomas. Los pulmones tenían un poco de edema pero eran normales.

El equipo también tomó muestras de sangre de los cerdos enfermos en tubos con EDTA y los envió para hematología rutinaria. El recuento normal de leucocitos en cerdos es 18,0 x 109 por litro (rango de 10,0 – 23,0). Los cerdos afectados en este brote tenían una media de 8,5 x 109 por litro.

En los animales que habían estado enfermos durante una semana antes de la necropsia, el examen de las costillas reveló un engrosamiento distintivo y una calcificación necrótica en las líneas epifisarias, en el 50 – 75 % de los casos.

Diagnóstico diferencial para los brotes de alta mortalidad en Asia

Los brotes con mortalidad elevada en grupos de cerdos pueden ser causados por varios agentes infecciosos. Este caso clínico no parecía ser consistente con un problema nutricional o físico como un fallo del subministro eléctrico. Los hallazgos pulmonares no concuerdan con un diagnóstico de APP por Actinobacillus pleuropneumoniae. Otras posibles causas que podrían justificar esta mortalidad incluyen PRRS de elevada patogenicidad y circovirus, con infecciones secundarias, u otros agentes como PPA o Salmonella cholerae-suis o PPC por pestivirus.

Análisis de resultados

Los signos clínicos, la autopsia y la hematología sugieren que la presencia de una cepa patogénica de PPC había colonizado la fase de cebo durante las semanas previas al brote de mortalidad. Aunque PPC se describe a menudo como un “gran imitadora” con muchos signos inespecíficos, la leucopenia y las lesiones de las costillas son muy indicativas. Los signos de cianosis y hemorragias y las lesiones de los ganglios linfáticos y bazo son sugestivas, aunque no específicas. Las hemorragias en vejiga y riñón son muy sugestivas de PPC. El análisis se confirmó mediante un ELISA, comparando suero tomado antes de los brotes con el de los cerdos afectados.

Investigaciones posteriores y medidas tomadas

Se averiguó que un trabajador tenía algunos cerdos locales en su casa y, que sin darse cuenta, había entrado el virus en la explotación mediante la ropa o las botas.

Se subministraron antibióticos en agua y pienso a los cerdos de engorde, para tratar de reducir la mortalidad y las pérdidas productivas.

Se implementó el uso de distintas vacunas contra PPC de laboratorios internacionales, incluyendo la de cepa C viva atenuada y la de la subunidad E2. Se consideró que con el uso continuado de la vacuna con la cepa viva atenuada se conseguía una mejor eficacia en la protección y en la reducción del número de casos.

En algunos casos, la protección completa contra PPC en zonas endémicas y de alto riesgo en Asia, incluso con estos programas de vacunación, es difícil debido a una exposición temprana y a la interferencia con los anticuerpos maternales. Por esto a menudo se hace necesario establecer distintos momentos de aplicación alrededor del destete y durante la primera fase del crecimiento.

Fuente: 3tres3

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