Los erizos silvestres están al borde de la extinción en tierras británicas desde hace varios lustros. Estos adorables animales no pueden superar los problemas que amenazan su supervivencia, sobre todo la pérdida del hábitat.
Esa pérdida de hábitat y su fragmentación los han convertido en presa fácil de los tejones, que están diezmando su población de un modo alarmante. Si bien antes coexistían, ahora las cosas han cambiado a peor para ambos, pues alimento escasea, los tejones se multiplican y han de competir por el mismo tipo de alimentos.
Para el erizo, la situación es dramática. No sólo tienen cada vez menos alimento, sino que además se llevan la peor parte, pues muchos acaban convirtiéndose en el menú de aquellos al no poder esconderse tan fácilmente como antes. Sí, literalmente, el hambre aprieta y se los zampan.
Sin embargo, los tejones son sólo una parte del problema. El peligro de extinción de los erizos silvestres tiene otras causas que no son menos importantes, y también son consecuencia de esa pérdida de su hábitat. Son muchas las presiones que soportan, y en las áreas urbanas sus dificultades para sobrevivir son tremendas, y su disminución no cesa por cuestiones fáciles de resolver, como permitirles acceder a los jardines o eliminar muros y vallas para que puedan moverse libremente.
Concienciar para salvarlos
En efecto, el número de tejones está cayendo estrepitosamente. Son numerosas las iniciativas de asociaciones proteccionistas como UK’s People’s Trust for Endangered Species, British Hedgehog Preservation Society o Wildlife Aid UK que buscan frenar su declive concienciando sobre el peligro de extinción y modos de ayudarles que están al alcance de todos.
Lo hacen de muy distintas maneras. Aunque las cifras hablan por sí solas: en el país hay 300.000 erizos menos que hace 10 años y cada año mueren 50.000 a consecuencia de la destrucción de su hábitat, atropellos y falta de alimento.
Salvando al adorable Harry
Wildlife Aid UK acaba de crear un vídeo dentro de su campaña para ayudar a salvar a los erizos silvestres. El objetivo es conseguir que la ciudadanía sienta empatía por estos simpáticos animales y les faciliten la vida.
El vídeo es una preciosidad. En poco más de dos minutos se cuenta con dibujos animados la historia de Harry, un erizo que inspira ternura y anima a colaborar para que puedan salir adelante. No te pierdas el vídeo, vale la pena verlo.
A través de la historia de Harry, la asociación pretende educar sobre la necesidad de proporcionarles lugares donde esconderse y de no impedirles el paso a jardines en sus paseos nocturnos, donde pueden controlar plagas de babosas y gusanos, su principal alimentación.
Jardines amigables con los erizos
Son muchos los pequeños gestos que pueden hacer una gran diferencia, como triturar las latas para que no acaban provocándoles heridas al intentar introducirse en ellas, o asegurarse de que al echarlas al contenedor correspondiente no acaben en el suelo, a su alcance. Algunos quedan atrapados.
También evitar muros y vallas o, al menos, hacer una pequeña puertecita o huecos para ellos. Idealmente, colocar unos setos, pero esto no siempre es posible por obvias cuestiones de seguridad. O, por ejemplo, cubrir las piscinas para que no mueran ahogados, evitar pesticidas para acabar con las babosas o gusanos, venenosos para los erizos. ¿Lo ideal? Hacer jardines ecológicos, amigables con la biodiversidad autóctona y, por supuesto, ello incluye a los erizos.
Si consiguen revertir el exponencial declive será todo un éxito, pero no será fácil, porque el panorama es desolador y su desaparición resulta escandalosa. En la década de los cincuenta había unos 30 millones de ejemplares, mientras que ahora no hay más de un millón. De no lograrse, la organización augura que en 2025 podrían desaparecer.
Fuente: Ecología Verde