«La medicina cura al hombre, la medicina veterinaria cura a la humanidad». La frase pertenece a Louis Pasteur, químico francés, cuyos descubrimientos aportaron inmensamente a las ciencias naturales.
Más allá de todo lo que tenés que tener en cuenta a la hora de elegir un buen profesional, es importante que el veterinario que selecciones se lleve bien con tu mascota. Una persona que más allá de sus conocimientos profesionales sepa satisfacer tus necesidades y las de tu amigo de cuatro patas.
Observa la manera en la que trata a tu animalito, si es cuidadoso con él, lo trata con respeto y muestra interés en lo que le pasa. Su equipo de trabajo también es importante y debe estar capacitado para tratar con amor y paciencia a los animales. Si notás alguna señal de maltrato, no dudes en hablar con el profesional a cargo. Prestá atención a que el lugar esté limpio porque estás llevando a tu mascota a un lugar donde deba haber higiene y desinfección.
Conocimiento a fondo
El veterinario no puede preguntarle a su paciente cuáles son sus síntomas sino que tiene que hacer uso de sus conocimientos y así poder establecer un diagnóstico y prescribir el remedio necesario. Por esta razón, debe conocer sobre distintas especies, sus funciones orgánicas y las enfermedades que pueden afectar a cada animalito.
El secreto de un médico veterinario está en poder reconocer cada síntoma y asociarlo también con lo que su dueño va manifestando. No es recomendable que cambies de doctor constantemente y cuando lleves a tu mascota a la consulta con su veterinario y se porte bien, dale un incentivo o recompensa (golosinas o un juguete) y así tendrás buen comportamiento asegurado.
Un buen veterinario
» Debe tener un registro de cada animal (ficha médica), una copia del cual deberá ser entregada al propietario.
» Debe ser responsable del manejo que tenga su equipo de trabajo respecto de los pacientes. No deben emplear métodos que puedan derivar en heridas o riesgos para el animal.
» Deriva un paciente, de ser necesario, a otro profesional.
» No considera a sus pacientes sólo una fuente de ingresos.
» Proporciona información, clara, veraz y suficiente al dueño o la persona que cuida al animal llevado a la consulta.
» Responde los planteamientos hechos por los dueños de las mascotas, ante cualquier duda.
Fuente: Día a Día