Los veterinarios, administradores de albergues y rescatistas de animales cada vez más se tropiezan con el problema de tener animalitos lastimados, la gran mayoría por negligencia o maltrato, y luego muchas personas no quieren adoptar a esas mascotas.
En el caso de los veterinarios, muchos hacen decenas de excepciones y dan la milla extra por salvar las vidas de perros, gatos y otros, pero al final del día su trabajo no puede ser pro bono todo el tiempo porque de lo contrario no pueden con los costos de mantener sus oficinas.
Así lo explicó con evidente frustración la doctora Marilucy Quiñones, quien en días reciente ha ayudado a Layton, un cariñoso y juguetón gatito con graves problemas en su sistema nervioso y columna vertebral que no le permite movilidad a sus patitas traseras y a un perrito rescatado de la calle que tenía sarna y que nació con deformidades en sus patitas.
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A Quiñones se le parte el corazón ver casos lamentables como éstos, ya que el tratamiento es costoso y pocas personas están dispuestas a cargar con la responsabilidad. Los que tienen un gran corazón y deciden adoptar a una mascota con problemas físicos, ya tienen otros animalitos en su casa, haciendo la carga más pesada para el cuidador.
Para la veterinaria la alta incidencia de maltrato de animales que desemboca en mutilaciones y otros problemas físicos presenta además el siguiente problema ético: mejor ante la limitación de recursos de las personas que manejan mascotas, ¿qué es más recomendable, rescatar a los animales con defectos aunque luego hay muy pocas personas probabilidades de que haya personas dispuestas a adoptarlos, o se enfocan en solo los animales que están en buenas condiciones lo que aumenta la probabilidad de que algún hogar los reciba?
“Son muchas las complicaciones relacionadas a este tema con las que tenemos que trabajar. Es algo bien, bien difícil y nos presenta el asunto ético de dónde vas a poner el dinero en esta mascota o en la que no tiene ninguna complicación mayor ante gran cantidad que hay que rescatar… Es un problema tan grande todo el mundo trata de ayudar, cada veterinario trata de ayudar pero no damos abasto”, lamentó.
De todos modos, la experta está segura de que a esta situación tan triste se le puede buscar la vuelta y tratar de ir a las escuelas para enseñarles a los niños a no maltratar a los animales y explicarles los problemas que provoca ser negligentes con los animales. También se les puede enseñar otro montón de cosas sobre cómo superarse y continuar adelante a pesar de tener algún defecto físico.
“Quizás es la oportunidad de ver cómo damos esta lección de vida. Estamos bregando con animales realengos, y hay que evitar que siga pasando. Educar a los niños es esencial y en ellos es que está la salvación de los animales, si les explicamos vamos a poder tener una generación que se preocupe por a salvar la vida de los animales”, destacó. En caso de que una persona esté dispuesta a vencer las dificultades y pueda adoptar a un animalito con alguna condición física puede contactar a la organización We love satos, que tiene una página en Facebook.
Según Quiñones otra alternativa es buscar voluntarios que se organicen para ir a las escuelas a hablar sobre estos temas. “Se trata de algo que se puede trabajar”, afirmó la veterinaria.
Fuente: Primera Hora