Se sabía que la energía que catapulta a una pulga a una distancia de hasta 200 veces la longitud de su cuerpo se debe a una estructura como un resorte en su cuerpo. Pero los científicos no entendían cómo estos pequeños insectos trasladan esta energía a la tierra para impulsarse. Imágenes captadas a alta velocidad ahora revelan que el secreto radica en la forma en que las pulgas usan sus patas traseras como palancas articuladas.
Este «efecto palanca» les permite a las pulgas llevar sus patas al suelo y liberar repentinamente energía como un resorte hacia delante y hacia arriba, afirman los científicos en la revista Journal of Experimental Biology (Revista de Biología Experimental).
Saltos controvertidos
Hace medio siglo, dos grupos de investigadores descubrieron que la energía que les daba a los insectos esa increíble capacidad de salto estaba contenida en un resorte interno, y no en sus diminutos músculos.
Este descubrimiento dio lugar a dos teorías opuestas sobre la agilidad de los insectos. Mientras que un grupo conjeturó que las pulgas se impulsaban hacia arriba con sus rodillas, el otro dijo que el plegamiento del resorte ocurría en las articulaciones de las patas traseras, empujando las patas de la pulga hacia el suelo. A partir de esa posición «agachada», el insecto podía saltar hacia arriba.
El doctor Gregory Sutton y el profesor Malcolm Burrows, de la Universidad de Cambridge, quienes dirigieron la nueva investigación, quisieron ponerle fin a esa controversia. Sutton, cuya investigación fue financiada por el Programa de Investigación de Fronteras Humanas, espera en un futuro poder diseñar robots que pueden saltar como los insectos.
«Si nos fijamos en las acciones y los movimientos de los animales, son mucho mejores que los de las máquinas modernas», le dijo a la BBC. «Así que estaba interesado en estudiar exactamente cómo se generan estos movimientos.»
Al igual que sus predecesores, Sutton sacó las primeras pistas de los detallados estudios anatómicos de las pulgas. Éstos mostraron que existen púas relativamente grandes cerca de las patas de los insectos, y esas estructuras serían las que se impulsan hacia el suelo para la tracción.
Filmación
La mayor revelación provino de tomas de alta velocidad, tomadas con esmero a lo largo de una semana en la que los investigadores tuvieron que encontrar la manera de persuadir a una pulga para que salte en el momento y ángulo adecuado.
«Por fin vimos que las pulgas no saltaban si estaba oscuro», explicó Sutton. «Así que apagábamos las luces y movíamos la cámara para tener a la pulga dentro del plano. A continuación, encendíamos las luces y la pulga saltaba dentro del plano de la cámara». Cuando los investigadores elaboraron la trayectoria de cada salto de la pulga, ésta coincidía exactamente con la trayectoria realizada en 1967 por un científico británico llamado Henry Bennet-Clark.
Algunos aspectos de la agilidad de la pulga todavía no están claros. «Siempre saltan en la misma dirección y por eso creemos que pueden estar limitadas», comentó el investigador. «Y no sabemos cómo la pulga mantiene sus piernas en posición cuando está tomando impulso».
Sutton agregó: «Esto nos muestra cuán poco sabemos acerca de [la capacidad de] insectos muy comunes»
Fuente: BBC en español
Fotos: BBC/Sxc/1024.net
Vídeo: BBC