Hasta hace relativamente poco, la aftosa era un enfermedad bastante común en el ganado bovino del país. En 2002, por ejemplo, se registraron unos 40 casos.
Y, aunque para 2007 la cifra ya había bajado a 9 casos, esto todavía hacía del Ecuador, junto con Venezuela, los únicos países que no habían logrado cumplir con la meta del Programa Hemisférico de Erradicación de Fiebre Aftosa (PHEFA) de eliminar los casos clínicos de la enfermedad, por lo que continuaban como países endémicos.
El último caso, sin embargo, se detectó en agosto de 2011. Y, aunque el país no será removido de la lista de países donde la enfermedad es endémica hasta que estudios confirmen que el virus ya no está presente en el ganado, se espera que esto ocurra en mayo de 2015.
Decisión
Los logros de la primera fase de vacunación que terminó en julio son en buena medida fruto de la colaboración entre Agrocalidad y los ganaderos, según la entidad estatal.
Según Diego Vizcaíno, director de Agrocalidad, la importancia de esta campaña recae en que la aftosa produce inmensas pérdidas económicas por el daño que causa en los animales entre los que se incluyen: pérdida de peso, retraso en el crecimiento y disminución de la producción láctea.
Así, 4’530.871 reses fueron vacunadas, superando en un 4% las cifras del censo agropecuario.
Más allá de la campaña de vacunación, Javier Vargas, director de Sanidad Animal, destacó el sistema de vigilancia epidemiológica y el control de movilización de ganado como parte integral del proceso de lucha contra la aftosa.
Fuente: La Hora