noviembre 30, 2024 9:12 PM

El síndrome de disgalactia posparto de la cerda

Hace varias décadas que utilizamos el término síndrome de disgalactia posparto (SDPP) en lugar de síndrome metritis-mamitis-agalactia (MMA), debido a que la metritis y mamitis no son siempre evidenciables.

Aún hoy en día encontramos en granja esta forma más grave del síndrome. El SDPP es una forma subclínica de la enfermedad en la madre que produce problemas neonatales endémicos que cursan con falta de crecimiento de los lechones y elevada mortalidad perinatal, con altas pérdidas económicas en la explotación porcina (gráfico 1).

La principal dificultad para solucionar el SDPP es identificar precozmente a las cerdas que presentan disgalactia y que son el origen de «camadas problema», para poder instaurar inmediatamente un tratamiento que proteja la lactación y salve la vida de los lechones. Si no se resolviera la disgalactia, una madre adoptiva amamantaría a los recién nacidos.

Síntomas
En las hembras afectadas puede reducirse la producción de leche desde las primeras 24 horas. Los lechones intentan mamar durante un tiempo prolongado y repiten la succión a intervalos frecuentes, no tranquilizándose después del amamantamiento, por lo que escuchamos chillidos de los recién nacidos. A medida que los lechones se debilitan, los intentos de amamantarse disminuyen y con frecuencia se quedan quietos sobre las zonas calientes. Los recién nacidos que no ingieren suficiente cantidad de leche presentan mayor susceptibilidad a la diarrea, inanición, debilidad por hipoglucemia, retraso en el crecimiento, aplastamiento por la cerda y mortalidad perinatal. Además de la disgalactia, las cerdas madres pueden presentar fiebre (>39,5 ºC), anorexia, más o menos evidente, descarga vaginal y mamitis.

Tratamiento
El tratamiento sintomático del SDPP (antibióticos, oxitocina, cabertocina, AINE, agentes beta-bloqueantes adrenérgicos, fluidoterapia oral, lactoreemplazantes en los lechones, empleo de madres nodrizas, etc.) son caros y no solucionan el problema. Para acabar con el mismo es imprescindible que un veterinario especializado identifique e indique las pautas que corrijan los factores de riesgo del SDPP en cada granja.

La utilización de antibióticos es indispensable para el tratamiento de la fiebre puerperal, las mamitis, las metritis y las diarreas neonatales.

El uso de antiinflamatorios en MMA permite reducir los efectos de las endotoxinas bacterianas. Las acciones antipiréticas, antiinflamatorias y analgésicas de los AINE (aspirina, flunixin meglumina, ketoprofeno, meloxicam, salicilatos, paracetamol, butilescopolamina, ácido tolfenámico, metamizol, etc.) reducen la alteración mamaria, uterina y la cistitis. Su efecto es más precoz y rápido que el de los antibióticos sobre la hipertermia y el apetito, y favorecen la vuelta a la normalidad en la ingestión de líquidos, lo que permite mantener la lactación de forma normal. El solo hecho de suprimir el dolor ejerce un efecto beneficioso sobre la ulterior pérdida de la lactación.

Prevención del SDPP
Algunos veterinarios administran antibióticos y AINE a todas las cerdas de la explotación después del parto para disminuir la mortalidad predestete de los lechones en las granjas afectadas de SDPP, sin embargo, no hay muchos datos científicos que avalen su uso como terapia preventiva.

Lamana (2009) utiliza amoxicilina y meloxicam junto con importantes cambios de manejo, como una exhaustiva limpieza y desinfección en las salas de parto, un estricto «todo dentro-todo fuera» y una adecuada formación teórico-práctica de los trabajadores sobre el tema del parto y periparto.

La aplicación preventiva de los AINE en las cerdas tras el parto tiene como objetivo aumentar la productividad del paritorio al conseguir que disminuya el SDPP y, como consecuencia, mejoren al menos los siguientes parámetros productivos de la explotación:

Más lechones destetados y más pesados
Para conseguir un aumento del número y peso de los lechones destetados es fundamental controlar los siguientes aspectos de la explotación porcina.

1. Hipertermia en las cerdas en el posparto. La temperatura rectal de las cerdas al comienzo del parto no debe superar los 39,5 ºC. En el caso de que la cerda tenga fiebre, entre otros síntomas, su apetito disminuirá y bajará la producción de leche y el crecimiento de los lechones.

Tal como se aprecia en la tabla 1 la presencia de hipertermia en las cerdas posparto está relacionada con un escaso crecimiento de los lechones de la camada.

2. Presencia de abundante producción láctea en las cerdas inmediatamente después del parto. El glucógeno es la reserva energética del recién nacido. En los últimos días antes del nacimiento éste se almacena en el hígado y en el músculo. El lechón recién nacido sano tiene mayor peso corporal, muscular y hepático, y mayor concentración de glucógeno en comparación con el lechón débil, que presenta tendencia a la hipoglucemia si no hay suficiente producción láctea para que la madre lo amamante adecuadamente y así aumentar su glucemia tras el parto.

La supervivencia de los lechones de bajo peso dependerá de que la cerda presente, desde el parto, una abundante producción láctea. La suficiente ingestión de calostro durante las primeras 24-48 horas de vida es esencial para la supervivencia de los lechones, sobre todo de los débiles. Los lechones necesitan ingerir calostro no sólo para adquirir inmunoglobulinas sino también para absorber glúcidos y proteínas de la leche materna.

3. Peso del lechón al nacimiento. Los lechones recién nacidos son especialmente sensibles a la malnutrición y a las condiciones ambientales desfavorables. Porque tienen escasa o nula cubierta adiposa y presentan poco pelo para mantener su temperatura, requieren de una temperatura ambiente alta para evitar que sus reservas de glucógeno se agoten rápidamente antes de tomar el calostro.

Un lechón con bajo peso tiene pocas probabilidades de alcanzar las mamas y comenzar la lactación y así elevar su glucemia. Es por ello, que los lechones más débiles y de bajo peso suelen presentar mayor mortalidad neonatal si no son correctamente amamantados desde el principio de la lactación por su madre o por una nodriza.

En el gráfico 2 se aprecia la mortalidad neonatal desde el nacimiento hasta el cebo según el lechón nazca con más o menos peso.

¿Recuperan su peso con el tiempo, presentan adecuados índices de conversión y buenas canales para su comercialización? Una prueba francesa aclara estos aspectos: los lechones nacidos con bajo peso crecen más despacio pero al final presentan buenas canales y buenos índices de conversión, tal como se aprecia en la tabla 2.

¿Puede ser rentable para una explotación porcina ayudar a sobrevivir a los lechones nacidos débiles y con bajo peso? Cuando las condiciones de trabajo de la granja y la formación de sus empleados lo permiten nosotros recomendamos:

– Vigilar los partos y atender inmediatamente a los recién nacidos, especialmente si son débiles. Tras secar y limpiar al lechón, comenzaremos las maniobras de reanimación de los más débiles basadas en calentamiento, facilitación de la respiración y estimulación cardiaca. Podemos aspirar las secreciones de nariz y boca y realizar friegas para estimular reflejos cutáneos.

– Es imprescindible asegurarnos de que la cerda tiene leche abundante e inducir a los lechones a ingerir el calostro en las primeras horas de vida. Si no es así, utilizaremos calostro de otras cerdas o artificiales.

– Igualaremos las camadas por tamaño de lechón homogéneo, realizando los mínimos cambios posibles. Colocaremos los lechones pequeños en cerdas de segundo o tercer parto, con pezones pequeños, y los más grandes en cerdas de más de seis partos.

– Adoptaremos los lechones atrasados sobre cerdas recién paridas, siempre y cuando los lechones no tengan más de 7-10 días de edad y sobre cerdas destetadas con lechones de más de esa edad.

– Realizaremos el mínimo número de adopciones. Si el operario se ve obligado a hacer muchas es señal inequívoca de que estamos ante un síndrome SDPP en el posparto que debe corregir el veterinario.

– Incorporaremos el pienso poco a poco realizando un cambio de alimentación gradual hasta el destete.

4. Ganancia de peso durante las primeras 24 horas de vida de los lechones. Le Dividich (2003) indicó que la ganancia de peso en las primeras 24 horas de vida es determinante para el crecimiento de los lechones durante la lactación y su posterior peso al destete (gráfico 3). Un lechón que no ingiere suficiente cantidad de calostro y leche muere en 24-48 horas o sufre un significativo retraso en el crecimiento.

Homogeneidad en el tamaño de los lechones de la camada
La homogeneidad de pesos de los lechones al destete mejora con la aplicación de un AINE sistemático en el posparto, reduciendo el coeficiente de variación (que expresa en porcentaje la desviación típica de los pesos de los lechones destetados de cerdas tratadas y testigo) tal como se aprecia en la tabla 3.

Conclusiones
El objetivo de la aplicación de AINE en una granja con SDPP es aumentar la productividad del paritorio, conseguir destetar más lechones, más pesados y de tamaño más homogéneo y que las cerdas destetadas presenten cuanto antes una condición óptima para ciclar con rapidez y eficacia.

Fuente: porcicultura.com
Foto: sxc.hu

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