El hipertiroidismo se caracteriza por un exceso de producción de hormonas tiroideas que afecta con bastante frecuencia a los gatos de edad avanzada. Victoria Calcagno explica en este artículo cuáles son sus signos clínicos, su diagnóstico y las diferentes posibilidades de tratamiento.
Antes de profundizar en la patología es importante recordar cuál es la anatomía y la función de la glándula tiroidea para conocer la causa de su hiperfunción, por lo que los primeros párrafos de este artículo desarrollan ambas cuestiones.
Básicamente el hipertiroidismo es un proceso multisistémico que se produce como resultado de la excesiva producción y secreción de tiroxina por parte de la glándula tiroides, lo que lleva a un aumento de la tasa metabólica. Tanto gatos como perros pueden padecer esta dolencia al envejecer si bien en caninos es más frecuente encontrar la patología contraria es decir, el hipotiroidismo.
No se sabe con exactitud por qué se produce esta enfermedad, si bien, como comenta la autora se han postulado factores inmunológicos, ambientales, infecciosos, nutricionales o genéticos.
Los signos clínicos que manifiesta el gato hipertiroideo son variados y, en algunos casos, opuestos. El paciente en la consulta se muestra nervioso o hiperactivo, que, según su propietario, come más de lo normal (polifágico), con pérdida de peso a pesar del aumento de apetito, poliuria y polidipsia, vómitos, diarreas, acicalado nulo o escaso (y, como consecuencia, enmarañamiento del pelo) pero también puede presentar cuadro de letargia, anorexia y debilidad. Por este motivo la autora insiste en la importancia de realizar una analítica completa que permita además de descartar otras patologías acertar con el diagnóstico de hipertiroidismo.
Una vez que se ha diagnosticado correctamente, el tratamiento de esta patología se puede realizar mediante tiroidectomía (extirpación de la glándula tiroides), medicaciones antitiroideas orales y yodo radiactivo. Es importante comparar ventajas y desventajas de cada terapia, sea médica o quirúrgica, antes de aconsejar al propietario.
Calcagno concluye que en la actualidad, gracias a que la enfermedad está bien definida, los veterinarios identifican más gatos tiroideos en estadios tempranos y que con el tratamiento adecuado, muchos pacientes tienen buen pronóstico.
Extraído de: Victoria Carolina Calcagno. Hipertiroidismo felino. Ateuves nº 35, noviembre/diciembre 2011, pp. 30-34
Fuente: argos.portalveterinaria.com