Muchos perros reciben trilostano como tratamiento para el hiperadrenocorticismo. Los pacientes que reciben este medicamento deben someterse a una monitorización periódica de la función de la glándula suprarrenal para garantizar que existe un control adecuado del cortisol sérico. La prueba de estimulación con ACTH es el gold standard que se utiliza para el seguimiento de estos pacientes, pero la realización de la misma requiere el ingreso en la clínica, dos punciones venosas y es un gasto más que añadir a la cuenta del propietario.
Este inconveniente tanto para los propietarios como para los animales, puede dar lugar a un bajo cumplimiento por parte del cliente y colocar a los perros en riesgo de padecer complicaciones asociadas con un pobre control de la glándula suprarrenal. Para abordar estas preocupaciones, un grupo de investigadores de Texas A&M University’s Department of Small Animal Clinical Sciences, llevaron a cabo un estudio en el que examinaban la validez de una única medición de la concentración de cortisol para controlar a los perros que recibían trilostano como tratamiento para el hiperadrenocorticismo, según informa veterinarymedicine.dvm360.com.
Este estudio controlado sobre la eficacia del fármaco se realizó con 103 clientes que tenían perros y su objetivo era el de buscar una correlación entre la concentración basal de cortisol y los resultados de las pruebas de estimulación con ACTH. Las pruebas de estimulación con ACTH y las medidas de concentración basal de cortisol se realizaron antes del tratamiento y de nuevo cada dos semanas durante 12 semanas después de comenzar con el trilostano. Los test se llevaron a cabo de cuatro a seis horas después de la dosis de trilostano matutina. Cada valor de cortisol después de la estimulación con ACTH se clasificó como indicativo de un control excesivo, aceptable o inadecuado de la función de la glándula adrenal, en función de los resultados de la estimulación con ACTH sugeridos por el fabricante del trilostano.
Sobre la base de las directrices de la prueba de estimulación con ACTH se compararon los dos métodos de control. La evaluación de las pruebas pareadas demostró que las concentraciones séricas de cortisol basal comprendidas entre 1,3 y 2,9 µg/dl correspondían a un control adecuado de la función de la glándula suprarrenal sobre la base de los resultados del test de ACTH correspondiente. Además, las concentraciones basales que se encontraban por encima o por debajo de estos niveles excluían de forma precisa tanto el control excesivo como el inadecuado.
Estos resultados indican que, mientras estén en tratamiento con trilostano, se puede comprobar la adecuada función de la glándula adrenal de los perros mediante una sola medida de la concentración de cortisol sérico. Sin embargo, los investigadores advierten que es fundamental sopesar la información de la salud general del paciente al tomar decisiones sobre qué dosis ofrecer y que cuando se necesita una información más precisa sobre la función suprarrenal, son necesarias las pruebas de estimulación con ACTH.
No obstante, estos resultados sugieren que en los perros que no presentan ningún signo que indique un control pobre mientras reciben trilostano, se puede utilizar como herramienta de detección el análisis de la concentración sérica basal de cortisol. Si bien es cierto que se deben realizar más investigaciones en las que se incluyan variables adicionales, los resultados de este estudio sugieren que se puede simplificar el seguimiento en estos pacientes con el objetivo de mejorar la satisfacción del propietario y el cuidado general de la mascota.
Fuente: Portal Veterinaria
Referencia: Cook AK, Bond KG. Evaluation of the use of baseline cortisol concentration as a monitoring tool for dogs receiving trilostane as a treatment for hyperadrenocorticism. J Am Vet Med Assoc 2010;237(7):801-805.
Foto: Fondos10net