La decisión de cruzar razas bovinas para carne debe tener en cuenta el sistema de producción del establecimiento. Carlos Mezzadra, del Inta Balcarce, destacó que la producción del establecimiento influye drásticamente. «Lo que uno observa son datos fenotípicos, pero esos datos están compuestos en una parte por la genética del animal y por el ambiente».
La elección del padre es fundamental para la base de una buena performance. Mezzadra aseveró que «la práctica de los cruzamientos es una práctica antigua, se conoce desde hace muchísimos años, mucha gente la ha adoptado en determinadas circunstancias en la zona templada de Argentina, especialmente en las dos razas que son las que más abundan, y que son Angus y Hereford».
La cruza entre esas dos razas produce lo que se denomina el o la careta, que lo llamamos el F1, o sea la Filial 1, que tanto como vaca o como novillo tiene características sobresalientes.
A la hora de comentar sobre cuánto influye la producción de un establecimiento, el especialista señaló que «influye mucho, y nosotros siempre decimos que lo que uno observa en la balanza son datos fenotípicos, pero esos datos fenotípicos están compuestos en una parte por la genética del animal y, por otra parte, que es mayoritariamente más importante, por el ambiente. El ambiente es todo lo que no es genético, es decir la nutrición, la sanidad, el manejo que se le hace en el establecimiento, la cantidad de lluvias y la cantidad de alimento consumido».
Fuente: InfoCampo.com.ar