Los perros que sufren esa condición a menudo buscan el consuelo de sus amos. Pero a veces entran en un estado de pánico tal que es imposible calmarlos. Y nunca se sabe si las medidas que se toman van a tranquilizarlo o agravar su ansiedad. Entre los posibles remedios figuran medicinas, técnicas para hacer que el animal le pierda el temor a los truenos y entrenarlo para que busque un refugio donde se siente a salvo en medio de una tormenta. También hay una serie de prendas que pueden ayudar, como orejeras, cabestros y capas.
No se sabe cuál es el origen del miedo a los truenos y no hay un tratamiento garantizado, según veterinarios especializados en el comportamiento de los perros. Lo que puede ayudar a un perro puede no tener efecto alguno en otro; un método que funciona durante una tormenta puede no servir en otra.
«Se puede ayudar a muchos perros. Pero no sé de ningún caso en el que se haya curado a un perro de este problema», declaró Elizabeth Shull, veterinaria que ejerce en Louisville, Tenesí, y en Southfield, Michigan. Hay algunas razas que tienen fama de sufrir mucho con los truenos, pero Shull asegura que ese temor «no se limita a una raza, una edad ni el sexo de un perro». Los investigadores tratan de determinar qué es lo que genera la «truenofobia» de los perros.
Entre las teorías predominantes: algunos perros están predispuestos genéticamente; otros le toman miedo a las tormentas tras sufrir una mala experiencia o ver una persona o animal que se pone ansioso durante un temporal. Algunos pueden sufrir de ansiedad en otras situaciones, como por ejemplo si se quedan solos; muchos perros le toman miedo a otros elementos de una tormenta, como la lluvia y el viento; hay quienes son sensibles a los ruidos repentinos; no faltan quienes le temen a los truenos pero no a otros sonidos.
El miedo a los truenos generalmente se manifiesta después de los cuatro o cinco años, de acuerdo con la doctora Victoria Lea Voith, profesora de comportamiento animal en la facultad de veterinaria de la Western University of Health Sciences de Pomona, California. «La fobia no se hace presente hasta que el perro entra en años», dijo Voith.
La intensidad del miedo puede variar. Algunos se muestran moderadamente ansiosos. Otros tiemblan y jadean, llegando a un estado casi catatónico. En los casos más severos, el perro puede lastimarse al atravesar ventanales o corriendo hacia el tráfico en medio de una tormenta.
«Sienten un ruido que se les viene por todos lados. Es una experiencia aterradora para muchos animales sensibles», expresó Michael Fox, veterinario de Mineápolis que escribe una columna llamada «Animal Doctor». Fox dice que uno puede tratar de insensibilizar al animal haciendo sonar un CD o una cinta con sonidos de una tormenta durante un minuto y apagando el aparato cuando el perro se altera. Se espera que el animal se calme, y se hace sonar nuevamente la música por un breve lapso. Se repite la operación unas cinco veces, con intervalos de unos diez minutos, durante cuatro o cinco días. Se deja pasar unas dos semanas y se hace una sesión similar.
Es probable que el ruido sea tan solo una de las cosas que molestan al perro. Fox especula que elementos como la estática y los cambios en la presión atmosférica también podrían incidir.
Ello podría explicar por qué los perros presienten las tormentas antes que los humanos, por qué algunos animales sienten miedo si están en la casa pero no en un auto y por qué buscan refugio en la bañadera o la ducha, señaló Nicholas Dodman, veterinario de la Universidad Tufts de North Grafton, Massachusetts. «Son como un barómetro. Alguna gente cree que es por la presión atmosférica. Yo creo que es la estática», dijo Dodman. «Los perros reciben descargas de la estática y buscan sitios donde eso no suceda».
Dodman plantea que se encuentre un sitio donde el perro se sienta seguro y se lo entrene para que vaya allí durante una tormenta. Podría ser un lugar en el sótano, con las cortinas bajas y la luz prendida, para que resulte más difícil ver los relámpagos. En ese sitio debe haber una caseta para perros, con una puerta abierta y una colchoneta cómoda. También se puede usar un armario sin ventanas.
El amo debe quedarse un rato con el perro y darle algo de comer, para que el perro piense que se trata de un lugar agradable, seguro, indicó Dodman. También se puede cubrir al perro con una manta o con una toalla, o incluso con un traje a medida.
Otras cosas que se pueden ensayar son medicinas para la ansiedad. Los veterinarios están recetando con mayor frecuencia calmantes como las pastillas o gotas de Valeriana.
«El problema es que deben pasar 20 minutos para que haga efecto, de modo que uno tiene que dopar al perro antes de que llegue la tormenta», manifestó Fox.
Otros consejos:
- Encienda el televisor o el estéreo para tratar de tapar el ruido del trueno.
- En lo posible, reúna a su perro con otros perros que no se ponen ansiosos en una tormenta.
- No recrimine ni castigue a su perro si se pone ansioso.
- Déjelo estar cerca suyo, pero no lo mime.
- Trate de distraerlo con actividades divertidas, de modo que el perro asocie la tormenta con algo placentero.
Fuente: Mascota.lavozdigital.es
Fotos: Blogspot.com/entrenamientodeperros.files.wordpress.com