Este domingo es el Día del Padre en muchos países, por lo que nos tomamos un espacio para presentar a los 9 padres del reino animal más devotos en el planeta.
En el primer puesto, los monos Tití machos cuidan de sus crías desde que estas nacen, lamiéndolas y aseándolas al momento del nacimiento.
«Si esto no es suficiente: Después de que sus crías nacen, el padre Tití no tiene ojos para otra hembra aunque esta esté ovulando a pesar del estereotipo del macho que suele buscar las formas para esparcir sus genes,» indica el sitio Live Science.
En el lugar 2, el caballo de mar macho es el que se embaraza y carga los huevecillos en una bolsa. Además mantiene una relación monógama, hembra con la única que se aparea de por vida.
«Como todo buen padre, el caballo de mar macho monitorea los niveles de sal al interior de su bolsa para asegurarse de que sean los mismos que los de los alrededores para mantener a los caballitos sanos,» continua.
En el lugar 3, a pesar de su apariencia, las chinches de agua gigantes machos, conocidos por morder los dedos gordos de nadadores y ser las «garrapatas» de los lagartos, son muy dedicados a cuidar los huevecillos.
«Tras aparearse, la hembra pega una colección de más de 100 huevecillos a la espalda del macho. El cargará el encargo durante las siguientes semanas ventilándolos y peinando su espalda a través de los huevos de forma periódica protegiéndolos de infecciones provocadas por hongos,» explica la lista de los mejores padres.
En el lugar número 4, los machos ñandú, aves que mantienen una vida polígama con un harem de un promedio de 12 hembras, construye un nido para cada una de sus parejas donde ellas pondrán sus huevos que posteriormente él incubará y cuidará cuando las crías salgan de ellos permitiendo a las madres aparearse con otros machos.
En el puesto número 5, las ranas macho transportan a sus ranitas a cuestas en su espalda al mismo tiempo que éstas deciden saltar de ella en diferentes lugares reduciendo la competencia por comida, presión por depredación y una menor oportunidad de reproducirse entre ellos mismos.
«Para estas especies, una vez que la madre ha dejado los huevos, se va dejando al padre para que fertilice y cuide a los chiquillos,» indicó el estudio.
En el puesto número 6, el ave lavandera hembra se divierte a expensas del macho en una relación poliandria, lo cual significa que se mantiene en «matrimonio» al mismo tiempo con varios machos.
«La hembra es más grande que el macho en esta especie y se aparea con varios de ellos. Ella emplea una técnica en la que celebra una especie de despedida de soltera donde lanza un señuelo a su próxima pareja,» agrega el sitio.
Lo que hace el macho es que después de que la hembra deja cuatro de sus huevos, este los incuba y cuida a los pequeños por al menos cuatro semanas.
En el puesto número 7 los papás pingüinos son los más caballerosos y dedicados. Estos se encargan de empollar el nido durante semanas mientras la madre viaja al mar para la caza de peces con los cuales alimentará a los pequeños cuando salgan de sus huevos.
«Los machos ayunan durante todo este tiempo que la madre está ausente; sin embargo, si alguno de los pequeños se adelanta a salir, el padre puede producir una sustancia láctea con aspecto de requesón que regurgitará para alimentar al pequeño,» explica la recopilación. «Los padres son tan importantes en el proceso que las hembras suelen buscar parejas gordinflonas que puedan sentarse sobre los huevos durante más tiempo sin la necesidad de comer, decisión que se ha demostrado toman y basan en el sonido que el macho hace.»
En el puesto número 8, la enorme ave australiana emú hembra cuyos adultos alcanzan una altura de 2 metros pesando hasta 45 kilogramos, deja entre 6 y 11 huevos que su pareja actual cuida durante 60 días al mismo tiempo que ella busca otro macho.
«Deja al primer macho en estado de padre soltero y así éste cuida de sus crías hasta que alcanzan los dos años,» continúa.
En el noveno puesto, el padre zorro se convierte en niñera mientras su pareja forrajea buscando comida y recursos para la familia.
«Los machos, cuyas orejas son parecidas a las de los murciélagos, pasan el mismo sino es más tiempo, cuidando, aseando y criando a los jóvenes que las hembras,» indicó el estudio. «Estas especies nocturnas viven en grupos familiares en una relación monógama de apareo y sus hijos, tal como el hombre.»
Fuente: mx.ibtimes.com