Según los autores del estudio, publicado este lunes en la revista científica PNAS, la investigación contrasta con otras que apoyan la teoría de que el altruismo humano evolucionó en los últimos seis millones de años, sólo después de que los hombres se diferenciaran de los monos.
«Este estudio confirma la naturaleza pro social de los chimpancés con unas pruebas mejor adaptadas a la especie», señaló uno de los autores, el investigador Frans de Waal, del centro de investigación nacional de primates Yerkes.
Según De Waal, varios estudios anteriores dieron un resultado opuesto debido a defectos de logística como la complejidad de los mecanismos empleados para recompensar a los chimpancés y la distancia existente entre los animales. De Waal, su colega Victoria Horner y otros investigadores simplificaron al máximo la prueba, en la que dieron a elegir a siete chimpancés adultas entre obtener una recompensa para sí mismas o para sí mismas y su pareja.
Para ello les presentaron un cubo con fichas de dos colores distintos, uno de los cuales podía ser intercambiado por un premio para la pareja y otro por un premio sólo para ellas.
Las siete chimpancés optaron de modo aplastante por la opción pro social, sobre todo si su pareja se mostraba paciente o se limitaba a recordarles su presencia de una manera discreta, señala el estudio.
Pero eran más reacias a premiar a las parejas alborotadoras, que mendigaban de forma persistente o les escupían agua, lo que demuestra que su altruismo era espontáneo y no fruto de la intimidación, añade.
«Nos emocionó ver que una hembra tras otra eligió la opción que le proporcionaba comida tanto a ella como a su pareja», afirmó la Dra. Horner. Según sus autores, el estudio pone fin al rompecabezas sobre el altruismo de los chimpancés y sugiere que el altruismo humano no es una anomalía como se llegó a pensar.
Los resultados de estudios anteriores no se correspondían con el comportamiento de estos monos en el medio salvaje, donde han demostrado varios grados de empatía, subrayaron los científicos del centro Yerkes de la universidad de Emory, en Atlanta, que lleva ocho décadas investigando a los primates.
Fuente: http://www.efeverde.com
Foto: SXC