diciembre 2, 2024 3:55 AM

Los perros también pueden padecer desórdenes compulsivos

La International Association of Animal Behavior Consultants 2011 Conference tuvo lugar del 1 al 3 de abril y asistieron más de 300 expertos en comportamiento de perros, gatos, loros y caballos. El Dr. Nicholas Dodman director de la Behavior Clinics at Tufts Cummings School of Veterinary Medicine, North Grafton, Massachusetts (EE. UU.) habló sobre los animales con comportamientos compulsivos, y dijo que nuevas investigaciones indican que los perros que persiguen sus colas (en su mayoría terriers y razas de pastoreo) pueden no estar mostrando un comportamiento compulsivo, sino que pueden ser autistas. «Al igual que las personas pueden tener comportamientos compulsivos, como la conocida conducta de lavarse las manos hasta que su piel está en carne viva, los animales pueden tener comportamientos similares», dijo Dodman.

«No sabemos cuántas mascotas tienen conductas compulsivas», continuó Dodman. «En general, los expertos dicen que alrededor de un 5%, lo cual tiene sentido y es coherente con el 3% aproximado de la población humana que se identifica con trastornos compulsivos.» Dodman comenzó a trabajar hace muchos años, con caballos que mostraban un típico comportamiento compulsivo: el animal agarraba el borde de una valla o puerta del establo con sus dientes delanteros, arqueaba el cuello y tragaba aire. El autor descubrió que los psicofármacos podían ayudar. Más tarde, Dodman fue uno de los primeros en usar Prozac para controlar los comportamientos compulsivos en perros.

Curiosamente, los trastornos compulsivos en los perros son característicos de las funciones a las que está destinada cada raza. Por ejemplo, los perros que persiguen compulsivamente la luz o las sombras tienden a ser razas criadas originalmente para el pastoreo o para perseguir a sus presas. Otras conductas compulsivas en los perros incluyen chupar sus flancos hasta el punto de causar problemas graves en la piel, y ladrar a moscas imaginarias. Algunos gatos, sobre todo las razas orientales, como siameses, compulsivamente pueden chupar telas. «En este caso, me preocupa la seguridad», dijo Dodman, «ya que como la mayoría de los gatos ingieren algo de lo que chupan, les puede causar una obstrucción».

Dodman ha estado observando la conducta de chupar el flanco en el Doberman y ha encontrado una alteración específica en un cromosoma que parece coherente entre los Doberman con este comportamiento. «Estamos en camino de demostrar que los comportamientos compulsivos pueden ser de origen genético», dice Dodman. «Si es cierto en los perros, es muy probable que también lo sea en las personas.»

Según el Dr. Frank McMillan de la Best Friends Animal Sanctuary, Konab, UT, otra de las condiciones psicológicas comunes a personas y mascotas puede ser el trastorno de estrés postraumático (TEPT). «Hay cierto debate sobre si los animales en realidad sufren o no el trastorno de estrés postraumático de forma estricta, pero nadie discute que nuestras mascotas tienen emociones y que pueden sufrir como resultado de lesiones psicológicas graves», señala. Hay una larga lista de causas posibles, entre las que destacan la cría en “fábricas de mascotas”, participar en trabajos militares, sufrir malos tratos, cambiar varias veces de hogar y, potencialmente, incluso el entrenamiento del perro basado en la fuerza.

“Estamos en camino de demostrar que los comportamientos compulsivos en perros de todas las razas pueden ser de origen genético”, dice Dodman.

El adiestramiento basado en la fuerza fue un tema de discusión expuesto por la adiestradora Victoria Stilwell, de Animal Planet. «Los perros son sensibles, emocionales, seres vulnerables que necesitan que les ayudemos a enseñarles y a cuidarlos», dijo. «Su perro no quiere necesariamente ser un perro “10”. Sólo quiere entender lo que se espera de él. Es ridículo pensar que tú necesitas ser dominante para que tu perro sea sumiso. Si transformas a un perro y lo dominas y el animal se da por vencido, no quiere decir que el perro te muestre sumisión sino que como no ha tenido elección, se ha sometido. Los métodos de adiestramiento por dominación son peligrosos y, en raras ocasiones enseñan a los perros. Los métodos de refuerzo positivo dejan espacio a los perros para pensar y son eficaces.»

Fuente: Argos.portalveterinaria.com
Fotos: 321-dogs/oxl.py

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