No ataque a los caimanes que aparecen en el Lago. Si se encuentra una de esta especie en alguna cañada de la ciudad, es recomendable alejarse y llamar a las autoridades. En el estuario de Maracaibo habitan un sinfin de especies. Con el paso del tiempo la caza y la contaminación juegan en contra de la conservación de estos animales acuáticos.
Algo se mueve. De cuerpo alargado sus escamas llegan a cortar las pequeñas hondas de la marea para formar una nueva. Se trata, posiblemente, de otro caimán de la costa que navega entre las cañadas, ríos y lago buscando comida. Su presencia no debe ser extraña, ya que es parte de las especies que habitan en el estuario de Maracaibo. En el país existen tres especies en total familiares de los cocodrilos, la mayoría se encuentra en peligro de extinción.
«Al encontrarnos con un animal silvestre, en especial con el caimán de la costa, no hay que atacarlos», comentó Yorvys Blanco, director de Educación Ambiental de la Secretaría de Ambiente. Explicó que esta especie en general suele ser «tranquila». No atacan a menos de verse en peligro. De encontrarse a uno de estos reptiles de gran tamaño se debería comunicar la novedad al zoológico metropolitano de Maracaibo, o al 171. Un equipo especializado se encargará de atenderlo para su posterior reubicación.
En el país no se saben con exactitud cuántos son; sin embargo, la Universidad del Zulia tiene un programa dedicado al cuido de esta especie. Estudiantes y profesores de la Facultad Experimental de Ciencias se trasladan hasta el río Negro o el reservorio natural Los Olivitos para proceder a la incubación de los huevos de estas especies que puedan correr peligro, debido a la cacería constante que sufre.
Este equipo se encarga de recolectar los huevos, e incubarlos el tiempo debido hasta su nacimiento. Luego tienen la tarea de medirlos y pesarlos constantemente, como también de alimentarlos para que se desarrollen. Una vez que logran la etapa juvenil se liberan de nuevo a su hábitad.
Lo definen como un reptil. Los machos alcanzan hasta siete metros, mientras que las hembras apenas llegan a los tres y medio. En la vida silvestre la realidad es otra. Ninguno de los dos cumple los estándares, no logran medir tres metros. Su cabeza pueden ser pieza fundamental para distinguirlos: es delgada y alargada con un hocico estrecho. Al compararlo con otras especies de la misma familia se nota que tienen más escamas dorsales de forma simétrica. Su color es de amarillento a gris con barras negras en zig-zag.
Se encuentra: Orinoquia colombiana y venezolana. En el país se distribuyen en la cuenca baja del río Orinoco, así como Los Llanos y Guayana. Pertenecen a las áreas boscosas inundables.
Hábitos: Son carnívoros. Cuando son pequeños su dieta se basa en crustáceos e insectos, a diferencia de cuando llegan a la adultez, cuando se alimentan de peces, aves y mamíferos.
En peligro: Hasta el siglo pasado su especie era abundante en los llanos del país. Sin embargo, su piel es motivo de la caza para su comercialización. También son propensos a ser traficados como mascotas. Están incluidos en la Lista Oficial de Animales Vedados para la casa y en la de Peligro de Extinción.
En el país hay dos subespecies de las cuatro que la componen. Una de ellas llamada Crocodilus, se puede apreciar en la Orinoquía y Amazonia; mientras la otra, Fuscus, nada en la cuenca del Lago de Maracaibo y las costas de Falcón. Los machos son más grandes que las hembras. Pueden medir más de dos metros y medio. Mientras que las hembras logran hasta dos metros. Se caracterizan por tener una arista en forma de media luna antes de los ojos.
Se encuentra: Vive en ambientes aguas tranquilas, corrientes lentas: pantanos, lagunas, esteros, morichales, y ríos. Se le puede ver en casi todos los estados de alturas menores a 500 metros de altitud, (Lago de Maracaibo, sistema de colinas Lara-Falcón, costera continental, cordillera de La Costa, delta del río Orinoco, los Llanos, Guayana).
Hábitos: Su actividad se desarrolla mayormente en las noches. Durante el día se les puede ver en reposo asoleándose en las orillas. Se alimenta de crustáceos, caracoles e insectos cuando son jóvenes. Al convertirse en adultos son predadores oportunistas, su alimento es cualquier cosa que puedan matar.
En peligro: Su piel también es usada para hacer zapatos y maletas, entre otras cosas. Son propensos a ser traficados como mascotas, por su piel o por el consumo ilegal de su carne.
Hasta siete metros miden los machos; las hembras, cuatro. El hocico de los adultos es ensanchado, mientras que cuando son jóvenes son delgados. Cuando envejecen se les abulta una joroba ubicada entre la punta de su hocico y el ojo. De color verde suelen ser sus iris. Pueden verse desde las costas de Florida, en Estados Unidos hasta el Mar Caribe.
Se encuentra: En el país se desplazan a lo largo de las costas, incluyendo las cuencas bajas de los ríos. Las poblaciones abundantes se encuentran en los ríos: Aroa, Tocuyo y Yaracuy; así como en manglares como las ubicadas en Cuare, Morrocoy y Turiamo (Biorregiones: costera continental, depresión del Lago de Maracaibo).
Hábitos: Al estar pequeños comen insectos acuáticos, anfibios, pequeños crustáceos y peces diminutos. Su dieta cambia a grandes crustáceos, peces, tortugas, moluscos e iguanas cuando se hace adulto.
En peligro: A medidos del año pasado la especie fue abundante. Debido a la pérdida, y alteración del hábita por la contaminación se fragmentó su población. Están incluidos en la Lista Oficial de Animales Vedados para la Caza, y en la de Peligro de Extinción.
Fuente: La Verdad