Un Centro veterinario y agroquímico ubicado en Bélgica acaba de comenzar un nuevo proyecto que pretende desarrollar herramientas de diagnóstico para la fiebre Q. Esta enfermedad se diagnostica principalmente por medio de la serología utilizando un kit ELISA y por inmunofluorescencia indirecta. Los antígenos utilizados para estas pruebas son bacterias cultivadas sobre huevos embrionados o cultivos celulares. El objetivo de este proyecto es evitar la preparación in vivo de antígenos buscando técnicas alternativas.
Además, los investigadores desarrollarán modelos de infección celular y en ratones que permitirán evaluar la eficacia de las vacunas y la virulencia de las cepas circulantes. El uso de estos modelos permitirá así mismo, abordar dos importantes aspectos del diagnóstico, principalmente para cuantificar la bacteria por PCR real-time y medir la viabilidad de la bacteria en las muestras.
La fiebre Q está causada por el agente bacteriano Coxiella burnetii. Como otras bacterias, Coxiella sp tiene dos formas antigénicas diferentes: una fase virulenta (fase I) y una fase menos virulenta (fase II) que están presentes en el curso de una infección. El análisis de la respuesta serológica a una u otra fase determinará si la infección es crónica o aguda. Esta particular característica hace que el diagnóstico de la enfermedad sea un punto clave.
La enfermedad se manifiesta en el ganado produciendo problemas reproductivos (abortos, gestaciones prematuras). En su forma aguda en seres humanos, la fiebre Q se muestra generalmente como episodios febriles, neumonía o hepatitis, que responde bien al tratamiento antibiótico, y en la mayoría de los casos se cura sin efectos secundarios.
Fuente: Albéitar
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