Santiago de Chile.- Un total de 15.000 litros de agua se requieren para producir un kilo de carne y 1.500 litros para generar un kilo de granos, según informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En el Día Mundial del Agua, la FAO anunció que para producir suficientes alimentos que satisfagan las necesidades diarias de una persona se requieren alrededor de 3.000 litros del líquido. Hoy en día hay más de 7 mil millones de personas que alimentar en el planeta y se prevé que esta cifra llegará a 9 mil millones en 2050.
«Si queremos alimentar a una población creciente, es fundamental producir más alimentos utilizando menos agua, reducir el desperdicio y avanzar hacia una alimentación más sostenible», señaló Alan Bojanic, Representante Regional de la FAO para América Latina y el Caribe.
La agricultura utiliza hoy 70% de toda el agua que se extrae de acuíferos, ríos y lagos, comparado con un 20 % por parte de la industria y un 10 % es destinado para usos domésticos.
«El agua dulce es un recurso renovable pero es finito, mientras que la población mundial crece cada año, lo que significa que va a ser más difícil satisfacer las necesidades de todos si no mejoramos la eficiencia de su uso», explicó Bojanic.
Es por ello que el lema de este año es «Agua y seguridad alimentaria» donde demuestra la importancia clave que tiene el agua en la producción alimentaria.
Una región rica en agua
América Latina es una región rica en recursos hídricos: recibe casi el 30% de la precipitación mundial, y posee una cantidad de agua por habitante muy por encima del promedio mundial: 28.000 metros cúbicos por habitante al año. Sin embargo, la distribución del agua en la región es muy desigual y su disponibilidad está sujeta a numerosas presiones, comentó el equipo de la FAO a través de un comunicado de prensa.
Escasez y cambio climático obligan a un uso más inteligente, según exige la organización. Y es que la creciente escasez de agua en algunas regiones requiere mejorar la eficiencia de su uso para la producción de alimentos, implementando técnicas para mejorar el riego y mantener la humedad de los suelos, la retención y almacenamiento del agua.
El cambio climático, según la FAO, requiere de una agricultura climáticamente inteligente, para incrementar de manera sostenible la productividad mediante la adopción de prácticas de adaptación, además de una mejor gestión de los riesgos en la producción de alimentos e identificación y reducción de vulnerabilidades.
El número creciente inundaciones y sequías en la región demanda una mayor atención a la gestión de las cuencas hidrográficas, debido a los efectos que estos eventos climáticos pueden tener sobre la seguridad alimentaria, a causa de la escasez de alimentos.
Fuente: entornointeligente