Las autoridades venezolanas están investigando el robo de animales de un zoológico en el estado occidental de Zulia que probablemente fueron sustraídos para ser comidos, otra señal de hambre en un país que lucha con la escasez crónica de alimentos.
Un funcionario de la policía dijo que dos pecaríes de collar, que son similares en apariencia a los jabalíes, fueron robados durante el fin de semana en el Parque Zoológico Metropolitano Zulia en la ciudad de Maracaibo, cerca de la frontera colombiana. ”Lo que se supone es que fueron tomados con la intención de comerlos”, dijo a los periodistas Luis Morales, funcionario de la división Zulia de la Policía Nacional.
El colapso del modelo económico socialista del país ha creado una escasez crónica de alimentos que ha alimentado la desnutrición y ha obligado a millones de personas a buscar comida en cualquier lugar donde puedan encontrarla, incluso en basureros.
El presidente Nicolás Maduro culpa de la escasez de alimentos a las protestas de la oposición, que han bloqueado calles y carreteras, y a una “guerra económica” más amplia liderada por sus adversarios con la ayuda de Washington.
No es la primera vez que ocurre
Sin embargo, el jefe del zoológico Leonardo Núñez dijo que una ola de robos que en las últimas semanas habían afectado a 10 especies, incluyendo un búfalo que fue cortado en pedazos, fue orquestada por “traficantes” que trataban de vender los animales, pero no para ser comidos. “Lo roban todo”, dijo en una entrevista.
Mauricio Castillo, ex director del zoo, dijo que los ladrones han robado dos tapires, un animal de la selva que también es similar a un cerdo y que según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza está en peligro de extinción.
La escasez también ha dejado a los zoológicos sin alimentos suficientes para alimentar a los animales, con unos 50 animales muriendo de hambre el año pasado en los parques zoológicos de Caracas, según un dirigente sindical. El gobierno negó que los animales hubieran muerto de hambre, insistiendo en que habían sido tratados “como familia”.
Fuente: La Vanguardia