Por ilógico que se vea, la caja de arena de un gato, podría contener una nueva arma para combatir el cáncer. Un grupo de investigadores de la Universidad de Dartmouth, en Estados Unidos, ha descubierto que uno de los parásitos que habita en las heces de gato podría ser la clave para una nueva generación de tratamientos contra la enfermedad.
El parásito, que en su estado natural es bastante peligroso para el ser humano, se llama Toxoplasma gondii. El grupo de Dartmouth, analizando sus efectos en seres humanos, ha descubierto que nuestro sistema inmunológico ataca al parásito de una forma que también resultaría efectiva contra tumores. En otras palabras, el Toxoplasma gondii podría ser empleado para estimular la producción de linfocitos T que ataquen las células cancerosas en las primeras fases de la enfermedad.
El equipo de Dartmouth desactivó el parásito para crear una vacuna inmunoterapéutica que ataca el cáncer. La vacuna ha sido puesta en ratones aquejados de melanomas y cancer de ovario especialmente agresivos, estos han mejorado espectacularmente la tasa de supervivencia.
Por supuesto (y más en un tratamiento que implica parásitos encontrados en la caja de arena de un gato) aún es pronto para hablar de resultados en humanos. El siguiente paso es hallar una manera de adaptar el tratamiento para probar si funciona en personas. De hacerlo, podríamos estar ante una nueva y efectiva vacuna contra determinados tipos de cáncer.
Fuente: Noticias 24