De acuerdo con el National Chicken Council (NCC), asociación sin fines de lucro formada por la industria avícola norteamericana, el pollo es una de las carnes más sanas y provee una importante cantidad de proteínas al que lo consume.
«Una porción de 100 gramos de pechuga con piel tiene 197 calorías, 30 gramos de proteína, 84 miligramos de colesterol y 7,8 gramos de grasas. Si se quita la piel, se elimina aproximadamente la mitad del contenido graso», afirma la NCC.
En tanto, según la Asociación de Productores Avícolas de Chile (APAC), la carne de pollo y pavo contiene proteínas de alta calidad (aminoácidos esenciales de alta digestibilidad) y además aporta poca carga calórica.
«De hecho, el pollo y el pavo están considerados carnes magras porque contienen menos de un 10% de grasa en su composición. Su contenido en ácidos grasos monoinsaturados (AGM) o grasas buenas es mayor que el de ácidos grasos saturados (AGS) o grasas malas, por lo que resulta muy recomendable como parte integrante de una dieta saludable», explicó la asociación chilena.
Por otro lado, de acuerdo con la fundación George Mateljan, que promueve la alimentación sana, algunos estudios afirman que la proteína de pollo o vacuna ayuda a preservar los huesos sanos y sin osteoporosis. Además, destaca la organización, el pollo es una buena fuente de niacina, que protege contra el cáncer.
«Una porción de 400 gramos de pollo provee el 72% del volumen de niacina que se recomienda comer diariamente. El pollo también tiene un importante contenido de selenio, que protege el sistema hormonal y las defensas de las personas; de zinc, hierro y vitaminas B, B12 y D», explica la fundación.
La organización también afirma que, según el Journal of Neurology de Estados Unidos, el pollo tiene componentes que ayudan a disminuir el riesgo de desarrollar el mal de Alzheimer.
Fuente: La Nación