Con el calor del verano el consumo de alimento, la producción de leche y la eficiencia reproductiva de las vacas se reducen. Suministrarles agua fresca, limpia y abundante así como sombra y ventilación son medidas de rutina.
A menos que la temperatura de su cuerpo permanezca normal, la vaca disminuirá su ingestión de alimento, procurando equilibrar su temperatura, y su producción de leche disminuirá en forma proporcional. Si bien es prácticamente imposible mantener una producción máxima en épocas de calor extremo, la pérdida puede mantenerse a un mínimo tomando medidas para refrescar al hato.
La respiración es el método principal y natural de enfriamiento para el ganado lechero durante los períodos cálidos del verano. El calor interno del animal hace evaporar humedad de los pulmones y del tracto respiratorio. Pero en las salas apretujadas, la respiración alcanza su límite máximo demasiado pronto.
Aspersores y Ventiladores
Otros métodos de enfriamiento por evaporación han probado ser eficaces para remediar el estrés por calor de las vacas, y el principal es la aspersión de agua acompañada de ventilación. Por este proceso las vacas son rociadas con agua intermitentemente, su calor evapora el agua depositada sobre la piel, y la corriente de aire producida por los ventiladores se lleva el aire saturado, contribuyendo al proceso de evaporación. Es necesario contar con ventiladores para acompañar el rociado de agua, a menos que exista una brisa natural de 8 kilómetros por hora o más.
El sistema consiste de aspersores, ventiladores, y controles para los aspersores y para los ventiladores. Un aspersor con capacidad catalogada de 15 litros por hora a una presión de 2.76 bares o Kg/cm2 funciona satisfactoriamente para rociar dos vacas. Esto se hace rociando durante dos minutos a intervalos de diez minutos.
Para cubrir adecuadamente a las dos vacas cuando comen en el pesebre, se recomienda colocar una boquilla de cono con un ángulo de 80°, a una altura de 75 cm sobre el lomo de las vacas. Esto se ilustra en Figs, 1 y 2. Si el aspersor se sitúa a 1,20 m por encima del lomo de las vacas, la anchura cubierta es de aproximadamente 2 m, o sea tres vacas, y por eso se debe aumentar la capacidad del aspersor a 23 litros por hora. A una altura de 1.50 m se cubrirá un espacio de 2,5 m o sea cuatro vacas, y ya será necesario un aspersor de 30,3 por hora.
Por lo general, se instalan ventiladores de 0,6 a 1,20 m que soplan sobre los animales para incrementar el enfriamiento por evaporación y hacer funcionar el sistema. Lo recomendable es suministrar un volumen de aire en movimiento de 9,9 a 14 m3 por minuto, por vaca. Se recomienda usar ventiladores montados en tableros, con cada ventilador de 60 cm espaciados a no más de 9 m; los de 90 cm a no más de 15 m; y los de 1,20 m a 23 m. Debe recordarse que el flujo individual de los ventiladores puede variar, y que posiblemente habrá que hacer ajustes en el espaciado.
Controles
Un termostato controla la temperatura a la cual el sistema comenzará a funcionar; normalmente se fija a 27ºC. El regulador de intervalos controla la duración de la aspersión. Como se ha dicho antes, dos minutos de cada diez debe ser suficiente, de modo que un medidor de intervalos de diez minutos debe formar parte del circuito. La válvula de solenoide controla el flujo del agua por la línea de distribución a los aspersores, y se abre cuando el medidor de intervalos ordena que rocíen. El resto del tiempo, esta válvula permanece cerrada.
He aquí el trazado típico de un área de pre-ordeño para 50 vacas. Tiene dos boquillas rociadoras por tramo, instaladas a 1,5 m sobre sus lomos. El sistema se puede controlar con dos válvulas de cierre para desconectar el grupo inicial de aspersores a medida que las vacas avanzan hacia la sala de ordeño.
Otros componentes del sistema son una válvula de cierre y descarga, que permite que el operario corte el paso del agua hacia los aspersores, para reparaciones y mantenimiento, Además, debe haber un filtro de cartucho instalado en la línea para atrapar partículas que puedan obstruir el flujo de agua por las boquillas.
Ubicación de Boquillas y Ventiladores
Un sistema de aspersores con ventiladores puede ser muy eficaz en la sala donde esperan las vacas antes del ordeño. En este momento están agrupadas y el calor acumulado no se disipa fácilmente, a menos que se tomen medidas artificiales para ello. En ciertos casos no es aconsejable tener aspersores en la sala de espera, pero siempre se pueden instalar ventiladores para mover el aire durante el verano.
Ubicación de los Comederos
El área de los comederos es un sitio lógico para ubicar un sistema de rociado y ventilación, y su eficacia se verá incrementada si la longitud del pesebre se orienta de este a oeste, mientras que las vacas miran hacia el norte o el sur. Si el pesebre está techado, esta área tendrá sombra, excepto en los extremos durante el comienzo o el fin del día, pero esto mismo contribuirá a aliviar el estrés del calor.
Otras Medidas Contra el Calor
La sombra es el elemento más importante en las construcciones pecuarias para reducir el estrés térmico en las vacas. Esto significa sombra de un techado a por lo menos 3 a 3,7 m de altura, para que exista libre circulación del aire debajo del techo. La superficie superior de esta cubierta debe ser brillante, para reflejar la mayor cantidad de la energía radiante del sol. Es usual emplear techos de aluminio o de acero galvanizado para cubrir las instalaciones lecheras.
Es necesario conservar su reflexibilidad con el mantenimiento adecuado. Esto incluye lavar y fregar con detergentes y agua para quitar el polvo y la suciedad acumulados. Un techo de lámina galvanizada que muestre señales de herrumbre debe limpiarse y pintarse de nuevo con una pintura metálica a base de cinc, para restaurar la superficie galvanizada. La mayoría de los fabricantes ofrecen este tipo de pintura. En los lotes abiertos que carecen de otras clases de sombra, cada vez más se usan cubiertas de tela plástica, que son una fuente económica para crear sombra.
Las Vacas Acaloradas Beben Más
Las vacas deben tener acceso constante a una fuente abundante de agua limpia y fresca, en sitios cercanos a la sombra, para que no tengan que caminar demasiado. Los bebederos que se limpian por lo menos semanalmente estimulan al ganado lechero a consumir una cantidad adecuada para mantener alta la producción de leche. Si el productor brinda a sus animales un suministro de agua limpia y fresca, un sistema eficiente de enfriamiento y mucha sombra, le será más fácil mantener altos sus rendimientos de leche durante los meses cálidos del verano.
Cápsulas Informativas
Si planea rociar a sus vacas con agua para refrescarlas, he aquí otras consideraciones que debe tener en cuenta:
La comodidad máxima de las vacas está entre 4,4 y 24° C. Por encima de esto, el calor y/o la humedad reducen su rendimiento. En el sudeste de los Estados Unidos informan de mermas de producción de hasta 25%.
Los días cálidos varían en las diversas regiones y países. Por ejemplo, promedian 210 días por año en el los estados de Florida, y de 100 días en Kentucky. Averigüe la cantidad de días de sol en la zona donde tiene su ganadería.
El uso de enfriamiento con boquillas aspersoras y ventiladores ha incrementado la producción por vaca en estados de los EE.UU: 3 lbs (Florida), 5 lbs (Missouri) Y 7 lbs (Kentucky). La ingestión de alimento subió entre 7 y 15%.
Las gotas de agua deben mojar el pelo hasta la piel de las vacas. Si la humedad es alta en su zona, no emplee boquillas nebulizadoras que crearán un “baño turco”. Las gotas más grandes funcionan mejor.
Es necesario que el aire corra bien para que se lleve la humedad evaporada. Si debe ajustar la relación entre el período de rociado y el lapso de secado, deje que el pelo seque hasta quedar apenas húmedo, y luego rocíe de nuevo.
Los aspersores se deben instalar en áreas con piso de concreto o pavimentado, que escurran el agua y no formen fango.
El rociado no debe empapar el material de la cama ni el alimento de los animales.
Si rocía en una sala de espera, debe dar tiempo a que se sequen las ubres antes de ordeñar las vacas.
Piense en la rentabilidad. El gasto diario de agua para rociar es alrededor de 190 a 285 litros por animal. Cantidades mayores pueden incrementar problemas de mastitis, especialmente si se rocía en la sala de espera o en presencia de paja, etc.
Fuente: Perulactea