Los dos parques zoológicos que tiene Caracas (Caricuao y El Pinar) se han quedado rezagados en el tiempo más de treinta años, con respecto a las normas internacionales que se aplican en otras ciudades del mundo y no solo eso sino que de las 15 normativas que imponen los mismos organismos venezolanos (Inparques y la Fundación Nacional de Parques Acuáticos y Zoológicos) se violan más de la mitad.
Carlos Rodríguez, médico veterinario y quien fue director del zoológico El Pinar entre 2008 y 2009, explica que la función de todos los zoológicos en del mundo es la de ser reservorios de biodiversidad, organismos de investigación, dedicados a la reproducción en cautiverio de estos animales.
Sin embargo, ambos parques zoológicos de Caracas «solo sirven como exhibiciones de animales enjaulados, la mayoría no tienen una alimentación balanceada y ni un mantenimiento adecuado del espacio en que se encuentran».
Considera que es necesario hacer el ambiente un poco más amigable al ser humano y mucho más vivible y humanizado para el animal. La exhibiciones deben ser libres, tienen que ser lo más parecido al hábitat del animal, no debe haber piso de concreto en los recintos destinados para las bestias. Los únicos zoológicos que más se asemejan a las normas internaciones son los ubicados en Mérida y Barquisimeto.
Condiciones de los parques
El Pinar, fue el primer zoológico de Caracas, concluido en 1945. En principio era administrado por la Alcaldía Metropolitana, hasta que fue traspasado en 2008 al Gobierno del Distrito Capital por cuestiones políticas. En el poco tiempo que estuvo a cargo el alcalde Antonio Ledezma se recuperaron algunas áreas y se tenía planteado un proyecto completo de rehabilitación, donde se eliminarían las jaulas de los animales, entre otras cosas, pero fue paralizado, recuerda Rodríguez, quien estuvo a cargo del parque.
Actualmente, El Pinar tiene 173 animales y se encuentra en muy malas condiciones, a pesar de las altas sumas de dinero invertidas por el Gobierno del Distrito Capital. Según declaraciones de la Jefa del Distrito Capital se han gastado 40 millones de bolívares en dos años. Las jaulas donde están especies como el cunaguaro, el oso melero y el zorro, presentan filtraciones que han dejado al descubierto las cabillas de la estructura. Casi la mitad del parque está cerrado por trabajos de rehabilitación.
Otro de los peligros que afronta el parque es la invasión de su zona perimetral, cuya vocación es el resguardo ecológico del área.
Sin embargo, se notan algunas mejoras en el humedal, la casona, el aviario, el insectario y la granja de contacto.
En lo que respecta al parque zoológico de Caricuao, el cual fue abierto al público en 1977, a pesar de que las exhibiciones no están adecuadas a los tiempos modernos ha mejorado en algunas de sus áreas como la parte donde se ubican los felinos, la laguna de la avifauna y la clínica veterinaria, según indicó Maribel García, miembro del consejo comunal de la UD5, encargado de supervisar los trabajos de rehabilitación ejecutados entre el 2010 y 2012.
Aseguró que el parque fue recuperado en 70%. «Solo faltan algunas áreas como el zoológico de contacto, la pirámide, y el sitio de los avestruces».
En estos trabajos se invirtieron en dos años más de cinco millones de bolívares, informó.
Tiene unos 150 animales, pero en sus buenos tiempos fueron más de 300. Algunos animales han fallecido y no han sido reemplazados: Es el caso de la elefanta Margarita, que murió el año 2006, y la jirafa Napoleón, que, luego de una caída, falleció hace más de 15 años.
El veterinario Carlos Rodríguez dijo estar en desacuerdo con la decisión del Ministerio Público sobre el caso del cunaguaro de El Pinar, que determinó que se automutiló. Este hecho ocurrido el 17 de enero fue uno de las grandes noticias del mes.
Asegura Rodríguez «un felino en cautiverio es incapaz de hacerse mutilaciones. Puede hacer otra clase de manifestaciones como lamidos, pero jamás eso. Y además era un animal que ya venía de cautiverio desde que nació y en realidad no debería tener un grado de estrés tan alto para hacerlo».
Fuente: El Universal