Veterinarios en Australia encontraron un bebé koala acribillado bajo un árbol en la carretera Sunshine Coast, junto a su madre que yacía muerta. El pequeño marsupial, a quien bautizaron como «Frodo», fue llevado a un zoológico cercano para cuidarlo, al presentar fractura de cráneo y restos de casquillos en todo el cuerpo.
Autoridades australianas están ofrecieron una recompensa para la persona que encontrase al culpable, que enfrentaría una multa de 225 mil dólares o dos años de cárcel, de acuerdo con las leyes de ese país. Desde 1930, el koala es una especie protegida cuya población a nivel mundial se ha reducido debido al comercio de su piel.
A pesar de que el tráfico de fauna silvestre es uno de los mayores problemas que enfrentan estas especies, debido a la comercialización de su piel, la principal causa es la demanda de estos productos por parte de la población, que en muchos casos ignora la procedencia de estas pieles y las consecuencias de su obtención.
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