La Asociación Venezolana de la Industria de Salud Animal honra la trayectoria profesional de un hombre que ha dedicado gran parte de su vida al ejercicio de la Medicina Veterinaria con total entrega y entusiasmo. Hoy, este profesional es digno ejemplo de admiración para muchas personas -colegas, alumnos y conocidos- quienes lo estiman por su invaluable calidez y calidad humana.
Este carismático y amable Médico Veterinario apreciado por todos sus colegas ha sabido ganarse no sólo el respeto y admiración de sus conocidos sino también un gran reconocimiento a nivel profesional tanto nacional como internacional. En doce promociones universitarias ha sido homenajeado y un sin fin de placas, diplomas, órdenes y distinguidos homenajes dan fe de ello.
Proviene de Cabimas estado Zulia, donde nació el 2 de marzo de 1935. Su infancia se desarrolló en el Municipio de Perijá, zona que colinda entre Machiques y Villas del Rosario. Su padre, fue mecánico y chófer, este último trabajo le impedía pasar tiempo con sus hijos por lo cual la relación entre ellos fue un poco más limitada. Por este motivo su madre se convierte en el pilar de estos pequeños muchachos, a quienes crió, educó e inculcó valores de gran peso que hasta el día de hoy profesan.
En 1946 ingresó a la Escuela Federal Ziruma en Villas del Rosario en el estado Zulia, allí comenzó su preparación de educación primaria. “Recuerdo que uno llevaba la sillita, un librito y un cuadernito, pero ¡ay! de aquél que no prestara atención o se portara mal” comentó muy jocoso el médico veterinario al tiempo que nos confesó que por sus travesuras siempre fue el blanco de todas las reprimendas de los profesores tales como: jalones de oreja, coquitos, palmetazos, entre otros. “A mi me llevaban por una oreja desde la escuela hasta la casa, prácticamente todos los dias”. (risas)
En el año 1952 se graduó de primaria para luego comenzar en el “Liceo Don Pérez” ubicado en Maracaibo; para aquel entonces vivía en la casa de una tía. Sin embargo, sólo estudió hasta segundo año en esa unidad educativa debido a que continúo con las “tremenduras” que lo caracterizaron de pequeño. Por tal motivo, ingresó al «Liceo Simón Bolívar» en San Cristóbal para el año 1955, allí estudió el tercer año de bachillerato y conoce lo que mas tarde seria una de sus actividades favoritas: los deportes.
Poco tiempo después se mudó a Maracay a la casa de su hermano mayor y concluyó su ciclo diversificado en el “Liceo Agustín Codazzi” obteniendo muy buenas calificaciones y graduándose en la promoción “Luisa Teresa Lanz” acreditada directora de esa institución.
Después de que se graduó como bachiller en ciencias regresó a Maracaibo a visitar a su madre; cierto día tiene una conversación con el hijo del Médico del pueblo, Juan Manuel Tabares un joven estudiante de Medicina Veterinaria, que le dio a conocer detalles de la profesión. Aunque las proyecciones del joven Nelson apuntaban hacia la Ingeniería Petrolera y la Marina Mercante, dio un voto de confianza a las palabras de su amigo. Por esto, le planteó a su hermano mayor, la posibilidad de quedarse en Maracay -en su casa- para estudiar esta profesión.
Una vez tomada la decisión comenzó a realizar las gestiones para su ingreso en la Universidad Central de Venezuela (núcleo Maracay). Sin embargo, surgió un problema político que opacó sus planes. “en ese tiempo de Pérez Jiménez se estableció que las universidades debían pagar de 800 a 1000 bolívares por cada materia cursada, era muy costoso y yo era de escasos recursos y no lo podía pagar”. Por esta razón, regresó a Maracaibo, esta vez, a buscar empleo (para tener ahorros o un capital). Aproximadamente para finales de 1957 consiguió su primer trabajo en el área de archivos de un hospital. Allí estrechó más los lazos de amistad con el joven Juan Manuel Tabares debido a que el padre del joven estudiante de Medicina Veterinaria trabajaba como Médico residente en dicho nosocomio.
Unos meses mas tarde con el derrocamiento de Pérez Jiménez, le dan la noticia, de que las cuotas especiales fueron eliminadas. Por lo cual sin pensarlo dos veces, el joven Nelson, regresó a Maracay a iniciar un reto que había quedado en pausa por situaciones ajenas a su voluntad. Es entonces en 1958 cuando inició sus estudios en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Central de Venezuela. Aunque ingresó tres meses mas tarde, esta Casa de Estudios le dio la oportunidad de igualarse con el resto del grupo.
“Voy a felicitar a un alumno que sacó 10 pero para mi es 20”
Esta frase sin duda alguna fue el motor que impulsó al hoy reconocido Médico Veterinario a no desfallecer ante nada. Fue su profesor para aquel entonces, el recordado Dr. Víctor Arroyo quien tras observar las extensas horas de estudio y entrega supo valorar y aprobar el empeño y la voluntad del joven estudiante Nelson Márquez Quivera, quien se dedicó a madrugar noches enteras (durante semanas) debajo del esqueleto de un caballo, para estudiar, aprender y dar la talla en una de las materias mas difíciles del pensum de Veterinaria: La Anatomía Descriptiva.
Es por su dedicación y perseverancia que logró igualarse con el resto de los estudiantes. Por tal motivo, para 1962 obtuvo su merecido titulo universitario como Médico Veterinario, en la promoción “Haroldo Mayaudon Tarbes” en la cual sólo 25 Médicos Veterinarios pudieron graduarse.
Al año siguiente pudo participar en un Concurso de oposición en el cual quedó electo para desempeñar el cargo de Profesor Instructor en la Cátedra de Policlínica y Pasantías Zootécnicas en la FCV-UCV. Consecutivamente para ese mismo año, por sus cualidades intelectuales desempeñó el cargo de Director de las Estaciones Experimentales de la FCV “La Antonia” y “La Cumaca” en Yaracuy. Allí trabajó y marcó huellas iniciando sus primeros pasos como Médico Veterinario.
Posteriormente tuvo la oportunidad de realizar un postgrado en el Instituto “Lázaro Spalanzani” en la Universidad de Milán (Italia), obteniendo el titulo de Experto en Alimentación Animal. Igualmente para 1964 desempeña el cargo de Presidente del Colegio de Médicos Veterinarios de Yaracuy hasta 1966.
Luego dos años después viajó a los Estados Unidos específicamente a la Universidad de Auburn (Alabama) para continuar su preparación profesional esta vez obteniendo el titulo en el año 1971 de Master en Ciencias (Clínica y Cirugía en Grandes Animales). Una vez instalado en Venezuela, regresó a la UCV (núcleo Maracay) para ocupar diversos cargos docentes tales como: Profesor Titular; Jefe de Cátedra de Patología Animal; Jefe del Departamento de Sanidad Animal FCV-UCV; Profesor Agregado en la Cátedra de Medicina III en la FCV-UCV; Director del Hospital Clínico de Grandes Animales FCV; Director del Instituto de Medicina Veterinaria y Cirugía Experimental FCV-UCV; como también Director del Hospital Veterinario “Dr. Daniel Cabello M” FCV-UCV; Profesor colaborador cursos medios (Post-grado) en Salud Animal en la Universidad del Zulia y Miembro de la Directiva del Colegio de Médicos Veterinarios del Estado Aragua, entre otros.

En ese tiempo de formación profesional asistió a diversos congresos y eventos de orden internacional. Llevando también todos los conocimientos y trabajos de investigación a otros países para el intercambio de información. Entre ellos destacan: Congreso Internacional sobre Cría de Caprinos y Ovinos, Milán Italia –Representante por Venezuela- (1965); Jornadas Clínicas de Ex alumnos de Auburn, Alabama (1970); Primer Congreso Latinoamericano de Buiatría, La Plata, Argentina (1972); Primeras Jornadas de Ganadería de Leche, San Tomé (1988); V Congreso Venezolano de Zootecnia (1988); Primer Congreso de Ciencias Veterinarias, Maracaibo (1989) etc.
Este notable Médico Veterinario pertenece a innumerables Sociedades Profesionales, Comisiones y Organismos, entre ellos: el Colegio de Médicos Veterinarios del Estado Aragua, Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela, Asociación de Ex alumnos de Auburn (Alabama-USA), Asociación Latinoamericana de Buiatría así también en la Asociación Mundial de Buiatría y también pertenece a la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia (ASOVAC). Igualmente fue protagonista de la Comisión de Eventos Científicos “40 Aniversario FCV” en la UCV; así como Coordinador del Convenio Corpoven-UCV en la Asistencia Técnica y finalmente Asesor en Sanidad Animal del Convenio MAC-PDVSA-SPB-MIG. Entre otros de relevancia para el gremio veterinario.
Su mayor satisfacción nos dejó saber es el aprecio que sienten sus colegas y amigos por su persona y por la labor realizada a lo largo de 48 años de experiencia en el área veterinaria. De igual forma, se dice sentir orgulloso y afortunado de los homenajes y reconocimientos otorgados a lo largo de su vida, como: Padrino de la Promoción de Médicos Veterinarios (1973) FCV-UCV; Profesor Homenajeado Promoción “Dr. Víctor Arroyo” (1975); Diploma del Centro de Estudiantes de la FCV, por méritos pedagógicos (1975); Placa de Reconocimiento Colegio de Médicos Veterinarios del Estado Anzoátegui, (1979); Placa de Reconocimiento y Botón al Mérito, Facultad de Ciencias Veterinarias UCV (1998); Diploma de Reconocimiento Colegio de Médicos Veterinarios del edo. Carabobo (1998); Orden José María Vargas en su 2da clase; Profesor Homenajeado Promoción “Dr. Jesús A. Ramírez” y Profesor Homenajeado Promoción de Médicos Veterinarios “Honor a mis Padres”. Etc. Cabe destacar que esto es sólo un extracto del amplio y extenso resumen curricular del Médico Veterinario.
Detalles de su vida…
¿Cuál era su hobbie en la etapa universitaria?
Fui aficionado de la fotografía porque era el complemento perfecto para mis investigaciones y amante de los deportes por mucho tiempo, me destaqué en diferentes disciplinas como pesas, softbol, béisbol, futbol y basket.
¿Una mascota que recuerde con mucho cariño?
Era un mestizaje de un doberman con criollo. Se llamaba Campeón, ese perro era muy desarrollado y por esta razón era considerado una amenaza para todo el mundo. La gente lo veía y se desaparecían.
¿Un buen recuerdo?
Cuando me han entregado placas y reconocimientos. Mi satisfacción mas que económica es moral…la última vez que me dieron una placa les dije: “regálenme una pared, porque ya no caben las placas, me perdonan la inmodestia pero es la verdad. Me traen una pared pequeña y yo pongo las plaquitas en miniatura”. Esas son mis grandes satisfacciones, que reconocen mi trabajo dándome a entender que marqué huellas. En mi caso particular, como docente compartía mucho con el estudiante, uno se familiariza con el estudiante cosa que hoy en día se ha perdido. Antes había mucha ética, uno se dedicaba a defender la institución y vivía la institución.
¿Cuántos hijos tiene?
11 hijos…
Eso quiere decir, que indudablemente es abuelo…
Si, claro. Soy muy juguetón y cariñoso como abuelo. Yo tengo unos hijos pequeños con mi actual pareja y casi soy su papá-abuelo. (Risas)
¿Qué siente por los animales y la naturaleza?
Yo creo que la naturaleza es todo. Es lo vivo de cada uno. Es la esencia de la vida y de nosotros. ¿Y por los animales? En la actualidad, y los años de edad me han hecho entender mejor los procesos naturales y los respeto mucho, desde hace mucho tiempo abandoné la idea de matar un animal. No estoy de acuerdo con las corridas de toro, el coleo, las peleas de gallo, o las peleas de perros. Son las costumbres de la diversión que busca el hombre pero no es lo correcto.
¿Actualmente ejerce la Medicina Veterinaria?
Si, hasta ahora tengo buena salud y aun sigo trabajando en el área veterinaria, en algunas fincas, y hasta en la mía realizando revisión de vacas para saber si están preñadas o no, en el control de las vacunaciones, etc. Algunos vecinos me llaman y les asisto como Veterinario la mayoría de las veces no cobro. Simplemente doy asesoria y presto mi ayuda y conocimiento.
¿Ha practicado otra actividad lejos de la Medicina Veterinaria?
Pero claro a través del tiempo, aprendes de todo un poco, de la agricultura, he llegado a sembrar 20 o 30 hectáreas de caña, de maíz, pero el camino que siempre he transitado ha sido la Medicina Veterinaria.
Un mensaje final…
1ero: Llamo la atención de que los Veterinarios a nivel nacional no hemos fijado una posición frente a los problemas que enfrenta el país. Últimamente se han importado animales para el consumo humano a través de políticas del Gobierno Nacional sin cumplir realmente con los controles o los periodos de aislamiento, necesarios para descartar enfermedades en la Estación Cuarentenaria de PAraguaná.
2do: Considero lamentable que el Instituto de Investigaciones Veterinarias de las Delicias, que fue orgullo de la profesión y el primer laboratorio referencia nacional esté prácticamente desaparecido, desde los equipos hasta las edificaciones están por el suelo. Se deben tomar medidas para recuperar ese tesoro que teníamos como profesionales.
3ero: El ganadero y el agricultor venezolano están pasando por una grave situación en la actualidad, porque casi el 70% de lo que comemos se importa, entonces se le está quitando a los productores la posibilidad de invertir y generar ganancias. Ante todo hay que desarrollar la Agricultura, el Gobierno habla de Soberanía Alimentaria, pero considero que si tuviéramos una verdadera soberanía alimentaria no importaríamos alimentos a diestra y siniestra como se hace ahora.
Lic. Mariela Delgado G.