Jugando pueden morder o arañar.
Si te gusta juguetear con el gato tienes que estar preparado para tener las manos llenas de arañazos, causadas de forma accidental o, a veces, intencionadamente. Muy a menudo los niños sufren estos arañazos por parte de los gatos. El típico patrón entre el juego de un niño y un gato: un niño llorando recurriendo a sus padres y diciendo que sólo estaba jugando con el gatito, y lo ha arañado. Todos, sin excepción, tienen que aprender una regla simple: no se puede jugar con los gatos con las manos, siempre hay que recordar que se trata de un joven cazador que, jugando o de forma defensiva, usa sus garras.
Para evitar la infección de la heridas producidas por las mascotas se deben lavar y desinfectar con cuidado. No descuide el tratamiento básico de los arañazos y las mordeduras. Vale la pena recordar que a través de ellas se pueden trasmitir enfermedades tan peligrosas como la rabia, el tétanos o la osteomielitis felina.
Robar comida de la mesa.
Casi sin excepción, a los gatos le gusta robar comida. La única diferencia es que si se trata de un animal que no tiene escasez de alimento, es probable que sea menos propenso a robar la comida de su anfitrión. Si el gato tiene hambre, puede revolver la basura, golpear la tapa de una sartén, e incluso abrir la nevera con la pata. Para un óptimo comportamiento, y por supuesto pensando en la salud del animal, el gato debe estar perfectamente alimentado. Pero debido a los instintos de cazador que posee el gato, es posible que a pesar de todo intente robar algo de comida de la mesa. Para evitarlo, lo mejor sería que no estuviera presente durante las comidas familiares. No es aconsejable en absoluto jugar con el animal mientras se come, por medidas básicas de higiene.
Esconderse en el armario.
A veces el gato desaparece de forma misteriosa. Si se trata de un apartamento normal, un piso, en el que están cerradas puertas y ventanas, a veces nos puede parecer un misterio su desaparición. El gato no responde a nuestra llamada, ni al ruido de su cuenco de comida. No está en el cuarto de baño, ni debajo de la cama o dentro de la mesita de noche. ¿Tal vez en un armario? Pero todas las puertas del armario están aparentemente cerradas. Miramos en él y ¡sorpresa! el gato está plácidamente sentado en uno de los estantes, encima de la ropa. Así que si su gato desaparece no se desespere. Estará en el sitio que menos espere.
Marcar todos los ángulos.
Si tiene una hembra, probablemente no tiene de qué preocuparse. Pero el macho puede marcar todos los rincones de la casa. Al fin y al cabo, las marcas territoriales pertenecen a sus instintos ancestrales. Durante esos períodos, debe observar con mucho cuidado al gato y cada vez que lo haga imponga una prohibición a la acción mediante el tono de voz. Estos animales llegan a entender palabras como «sí» o «no».
Arañar las paredes y cortinas, saltando sobre ellas como si fuera un árbol. Es algo tan natural en un gato como marcar las esquinas. Todos los gatos arañan: es parte de su existencia. Así que lo mejor es preparar alguna superficie que pueda arañar sin problemas en el lugar de la casa que tenga asignado a la mascota, donde le estará permitido hacerlo.
Cazar pájaros.
Si el gato caza roedores, lo celebramos, pero si se trata de un pájaro, por razones obvias, siempre nos sentimos preocupados. Para el instinto depredador del gato un pájaro es una pieza de caza. Puede regañar al gato, llevarlo a casa, pero casi nunca entiende la lógica humana de acuerdo con que le está permitido cazar ratones pero se le prohíben los pájaros.
Perseguir a otro gato.
Los gatos son activos en la comunicación con sus congéneres durante casi todo el año, y mucho más en la época de celo. Cada propietario decide si debe limitar el contacto de su mascota con otros gatos. El gato encerrado en casa no lo hará, con total seguridad, pero su vida puede ser incompleta. Esta falta de contacto puede dar lugar a enfermedades en los gatos o sufrir aumento de peso.
Escapar de casa.
A los gatos les es muy fácil: basta con saltar por una ventana abierta o salir furtivamente por una puerta abierta. Los motivos para escapar de la casa pueden ser muy diferentes, dese el celo hasta lo más banal, aburrimiento quizá. Durante la época de celo es normal que escapen de casa y que incluso estén fuera durante una semana o dos.
Saltar desde el armario.
Cuando uno menos lo espera, el gato salta desde un armario. Aunque por instinto procura caer dónde menos peligro tenga para él, no sería difícil que cayera sobre un jarrón caro. Lo mejor es poner los objetos susceptibles de ser derribados por el gato apartados del borde de la mesa o del aparador.
Llevar a la cama un ratón o una rata.
Los gatos expresan el cariñoso por sus propietarios llevando a la cama o a la mesa ratones o ratas cazadas durante la noche. A veces no sabemos como tratar estas «sorpresas». En efecto, dicha acción es la expresión suprema del amor de los depredadores hacia nosotros. Él comparte lo más preciado para él: su presa. Lo mejor es intentar quitar esa costumbre al gato. En el supuesto de que no quiera seguir recibiendo esos regalos.
Incluso la situación más precaria, debemos recordar que un gato no es un perro, que pueden ser entrenados para realizar ciertas acciones utilizando los comandos estándar. Por el gato requiere un enfoque más sutil. Son más independientes en la naturaleza.
Fuente: Contextotucuman