mayo 1, 2024 5:50 PM

Atención de la Sanidad Animal en el área fronteriza Colombo-Venezolana

Por: Julián Castro Marrero
Castromarrero45@gmail.com
La situación de ocurrencia de fiebre aftosa en Colombia, específicamente en la zona fronteriza, amerita un trabajo conjunto entre los dos países a través de sus servicios oficiales de sanidad animal, e incorporando los Colegios de Médicos Veterinarios y las Asociaciones de Ganaderos asentadas en esas jurisdicciones.
En esta área geográfica existen experiencias de integración binacional para las luchas sanitarias apoyándose en un Convenio Sanitario de Frontera firmado a través de las Cancillerías en 1973, el Proyecto Andino de Erradicación de Fiebre Aftosa y el Sistema Continental de Vigilancia de Enfermedades Vesiculares.

Atención de la Sanidad Animal en el área fronteriza Colombo-Venezolana
Atención de la Sanidad Animal en el área fronteriza Colombo-Venezolana

Las condiciones políticas, económicas, sociales y culturales en las cuales se desarrollan las potencialidades productivo-reproductivas de los animales y los intercambios comerciales de insumos y productos propios de ese proceso, determinan las particularidades epidemiológicas para la generación y diseminación de cuadros mórbidos que afectan esas poblaciones.
Este enfoque coloca la organización económico-social de la ganadería como fuente de explicación para los problemas que afectan la salud productiva, e identifica y establece los mecanismos responsables por ocurrencias mórbidas, por su mantenimiento endémico en ciertas áreas y su difusión hacia otras, o por su no ocurrencia o aparición ocasional en algunas regiones, sin observar las divisiones político- territoriales.
Es por ello que manejar información actualizada sobre la caracterización de los sistemas de producción, de los ecosistemas de las enfermedades y de la infraestructura institucional de los servicios existentes en la zona en cuestión de Colombia y Venezuela, es un insumo básico para establecer el nivel de riesgo, de vulnerabilidad y receptividad de peligro en estos territorios y las poblaciones ganaderas que albergan, así como para trazar las estrategias y tácticas sanitarias correspondientes.
Una singular experiencia de integración e interrelación, es justamente la que  se observa entre los poblados de diferentes países que están situados en la línea fronteriza, uno  frente al otro, y que si se quiere hacen una sociedad local y amerita o demanda consideraciones particulares, como es el caso que nos ocupa y preocupa.
Sus actores sociales por una articulación de intereses, utilizan su capacidad de negociación para el beneficio de ambas partes, y constituyen un circuito económico-social, muy intensivo en sus actividades comerciales, que trae consigo un inherente riesgo sanitario, que debe ser atendido cuidadosamente en forma conjunta por las autoridades de sanidad animal del INSAI y el ICA.
Esta situación que demanda ser atendida  conjuntamente de forma cotidiana por los servicios oficiales de los países involucrados, en casos de emergencia, como es la ocurrencia de fiebre aftosa registrada actualmente, amerita una atención más intensa apoyándose en un plan de emergencia.
Plan que debe nutrirse con la identificación, caracterización y delimitación geográfica del riesgo y en una alta participación social, de los productores, profesionales del campo y autoridades de otros ministerios.
El personal de las áreas involucradas deben trabajar integrados por una estrategia  y tácticas similares, elaboradas por las naciones en base a la suma de sus experiencias, a la información disponible por el conocimiento del manejo de los rebaños y el funcionamiento de sus sistemas de producción y las corrientes de tránsito que se producen por la comercialización de sus productos.

Dentro de las actividades a considerar en el plan se pueden citar:

Establecer la estructura de organización y la forma de articularse y comunicarse entre las partes internas y externas de cada país.
Definir las unidades operativas a establecer, el personal calificado y su equipamiento y la coordinación entre ellas.
Perfeccionar la utilización de las zonas de alta vigilancia, donde en una franja de 15 kilómetros hacia el interior y a cada margen de la frontera de los países, se activa una especial acción conjunta de catastros y seguimiento continuo del funcionamiento de los sistemas de producción y la situación epidemiológica.

Revacunar en los municipios que hacen frontera.

Revisar y perfeccionar los mecanismos de detección precoz de focos de infección o enfermedad clínica, los procedimientos de control de focos y adecuar las estrategias para evitar la difusión.
Complementar el uso de pruebas serológicas en las actividades de vigilancia epidemiológica activa con pruebas de aislamiento viral por Probang.
Institucionalizar grupos nacionales y multinacionales de atención de emergencias, consolidar su constitución y permanencia. Con disposición de un documento guía para orientar y facilitar sus operaciones.
Mantener estudios filogenéticos de las cepas actuantes en los focos registrados de la enfermedad.
Solidificar la participación social como  base de soporte para incrementar la vigilancia epidemiológica e instrumentar las actividades sanitarias de prevención y control. Con la integración  de los servicios veterinarios oficiales y privados, las federaciones de ganaderos, de agroindustriales y transportistas de ganado.

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