Si bien es cierto que desde el diccionario de la Real Academia Española se refiere al circo como un recinto en el que además de payasos, malabaristas y equilibristas, actúan animales, esta definición, por lo menos en Colombia, está a punto de cambiar. Un debate en la Plenaria de Senado, que se realizará este miércoles, es todo lo que falta para que los animales silvestres, nativos o exóticos sean prohibidos en los espectáculos circenses en el país.
El tema ha generado un fuerte debate sobre varios puntos, entre los cuales sin lugar a dudas se destacan la idea de un maltrato animal, el futuro de las especies, y los beneficios o dificultades de lo que sería una nueva forma de negocio.
Si bien entre los que apoyan la medida hay maltrato evidente, para el gremio circense con animales que hay en el país, esto no es verdad, sino que responde a un estigma que les han creado.
Para Eduardo Peña, representante en Colombia de Animal Defenders International (ADI), el maltrato contra los animales en los circos no es solo físico, sino que depende también de cosas como “estar en espacios que no es el natural de ellos, por la exposición a diferentes climas y altitudes” sumado “al encierro que les causa problemas psicológicos y les genera comportamientos estereotipados que les provoca un daño mental”.
Por su parte, Raúl Gasca, dueño del reconocido circo de Los Hermanos Gasca, aseguró que “no hay maltrato”, y afirmó que los animales de su espectáculo son tratados como si fueran parte de la familia, tanto es así, que según él nada más en comida, de la mejor calidad, gastan semanalmente unos 10 millones de pesos.
El otro punto en discusión, es que el proyecto contempla que los circos tendrán dos años para reacomodar sus espectáculos sin el uso de animales, con lo cual, tan solo tendrán dos caminos: o los sacan del país, o simplemente, los entregan a organismos del Estado que se dediquen a la protección ambiental.
Sobre este asunto, Gasca advirtió que “viola el derecho a la propiedad privada”, y agregó que “por qué razón de la noche a la mañana se los vamos a entregar a alguien”.
De igual manera, se busca que con el proyecto se abra una nueva dinámica en el negocio circense. Para el presidente de la Cámara y autor del proyecto de ley, Augusto Posada, la iniciativa “es una posibilidad para reacomodar” este negocio hacia “las nuevas realidades sociales que se están imponiendo en todo el mundo que es el respeto por la fauna, la flora y el medio ambiente”.
Sin embargo, sobre este punto para el dueño del Circo de Italia, Wilmer Granda, quien no solo ha vivido entre animales sino que ha sido uno de los pocos, asegura él, que le ha dado una pierna de pollo a un león de boca a boca, dijo que el problema es que mantener animales “es un ahorro” en comparación de un personal humano.
Además, Granda aseguró que su circo, que hoy día no tiene animales pero que llegó a poseer cerca de 40, los otros problemas a los que se enfrentan son a que las personas en medio de la función se van porque dicen que es “aburrido un circo sin animales”, y a que los que respaldan esta prohibición “tampoco nos apoyan comprando la boleta para los que ya no los tenemos”.
Así se plantea la discusión de este asunto que está a solo un debate en el Congreso y que no puede considerarse como un asunto menor, pues nada más un estudio del 2012 sobre la población circense en el país, por parte del Ministerio de Cultura, mostró que en los 32 departamentos del país existe un 81,25 por ciento de presencia constante y fluida de circos.
Además el Ministerio de Ambiente y Desarrollo sostenible destacó que entre el 2003 y 2008, se registraron en el país 90 circos, entre visitantes y residente, de los cuales un 44 por ciento contaba con animales en sus espectáculos.
Todo esto va en consonancia con una preocupación nacional por la protección de los animales, que nada más en el año 2012 llevó a la Policía a realizar más de 17 mil acciones de control, cuidado y protección contra el maltrato animal en el país.
Fuente: El Tiempo
