El perro no ve en blanco y negro como muchos creen, pero sí percibe menos colores que las personas y ve mucho más que ellas en ambientes sin luz. Estar alerta ante cualquier cambio puede marcar una gran diferencia en la vida de su mejor amigo.
La visión del animal está adecuada al entorno y necesidades de supervivencia de su especie; en este caso, se trata de la mirada propia de un depredador especializado en la captura de animales, de allí que los cánidos (perros y lobos) tengan una capacidad superior que los humanos para ver en la oscuridad, lo que les permite localizar a sus presas y enemigos con facilidad, y les garantiza una huida aventajada.
Los perros son capaces de ver cinco veces más que las personas en la oscuridad pero tienen un abanico cromático más reducido que nosotros, debido a que la visión de los colores es menos importante para que un perro sobreviva en su entorno; sin embargo, tienen una visión dicromática que construyen con dos únicos colores. El ojo del perro sólo tiene dos tipos de receptores visuales, por lo que no es capaz de recrear la gama completa de tonalidades que tiene el ser humano. “Pueden distinguir azules de rojos o azules de verdes. Pero tienen dificultades para captar la diferencia entre verdes y rojos. De forma que una persona percibe el césped de color verde, pero su perro lo ve en tonalidad amarilla”.
Por otra parte gracias a la posición frontal de los ojos -característica de los canes, y también de las personas- cuenta con una visión tridimensional que le permite calcular mejor la distancia con respecto a un objeto determinado, como una presa, resultando más eficaz y rápido al cazar.
No pierda de vista la salud ocular de su compañero
Los ojos son herramientas imprescindibles para que el perro se desenvuelva sin problemas en su entorno, de allí que resulte importante cuidar su salud visual, ya que por diferentes motivos muchos canes padecen enfermedades oftalmológicas, en ocasiones, similares a las de las personas.
La práctica veterinaria demuestra que las mascotas empiezan a evidenciar signos de ceguera recién cuando han perdido un 80% de su capacidad visual y no manifiestan signos tempranos que pueda detectar el propietario para darse cuenta y consultar a tiempo; por ende y, para evitar llegar tarde a un tratamiento adecuado, le sugerimos ante la menor duda realizar un control ocular completo.
Cuando al perro le molesta la luminosidad, mantiene cerrados los ojos mucho tiempo y le lagrimean (Fotosensibilidad) hay que acudir al veterinario, quien determinará la causa de esta afección y aplicará un tratamiento.
La higiene ocular debe formar parte de la rutina de aseo cotidiano de nuestro peludo amigo y conviene repetirla una o dos veces a la semana. No obstante, los perros con los globos oculares saltones, como el pug carlino, están más expuestos a la suciedad y, por lo tanto, pueden necesitar una limpieza más frecuente. Consulte con el veterinario y recuerde: una mascota querida, es una animal feliz.
Salud Visual en 4 pasos:
1. Gane la confianza del animal progresivamente, acostúmbrelo desde cachorro. Crear un ambiente relajado propiciará que el momento del aseo ocular sea agradable para su mascota. Recuerde lavar muy bien sus manos.
2. Examine con detenimiento el globo ocular y los lacrimales, así como el interior de los párpados del can. Lágrimas excesivas o verdosas podrían ser síntomas de infección, como es el caso de la conjuntivitis. Otra alerta de una posible dolencia es que el globo se muestre de rojizo. Ante estas señales, visite al veterinario.
3. Con los ojos del can cerrados limpie -con una gasa empapada en suero fisiológico- alrededor del globo ocular, las pestañas y los párpados, para retirar posibles restos de suciedad. Este contacto, si se acompaña con palabras cariñosas, servirá al animal para tranquilizarse y tomar confianza. No utilice algodón.
4. Un suero fisiológico recomendado por el veterinario es suficiente para conservar la salud ocular de un perro cuando no hay infecciones.
Fuente: Venezuela Al Día