La conjuntivitis también afecta a las vacas, y en esta época del año, con temperaturas altas y ambiente completamente seco, se contagia de unas reses a otras por la acción de las moscas. La situación se da en varios concellos chairegos, y en municipios como Castro de Rei ha afectado a explotaciones de ganado vacuno muy próximas entre sí; incluso, como reconocía ayer algún ganadero, ha alcanzado dimensiones mayores que las registradas en otros años anteriores.
Las consecuencias de la enfermedad no se limitan a la incidencia en la visión de las reses sino que se notan también la producción de leche. Las vacas, una vez enfermas, reaccionan con nervios y estrés, lo que hace bajar la cantidad de litros ordeñados. El principal síntoma por el que se aprecia la aparición de la enfermedad es una mancha blanca que cubre la totalidad del ojo, acompañado de una irritación en los párpados. El parpadeo que muestran los animales indica que en ese momento, como explicó ayer algún ganadero de la zona, la vaca ya está afectada.
Una mosca que se pose en el ojo de una vaca enferma puede acabar llevando el mal a otra res. No es la acción de la picadura la que transmite la enfermedad, sino que la dolencia va con la mosca y acaba afectando al animal con el que el insecto entre en contacto después.
Aunque la disminución de la producción lechera de las vacas es una de las principales consecuencias de la enfermedad, también las novillas y las vacas secas se ven afectadas por esta situación.
Fuente: La Voz de Galicia