Desde hace años que la ciencia trabaja en una fórmula que permita restaurar la movilidad de una persona que ha sufrido un golpe o lesión invalidante en la columna vertebral. A la fecha, investigaciones con células madre embrionarias, implante de electrodos y bypass, tanto en animales como en humanos, han dado resultados promisorios, aunque no definitivos y con altos riesgos asociados.
Ahora, científicos de la U. Estatal de Ohio, encabezados por Sung Ok Yoon Ok, probaron -por primera vez- que un fármaco experimental administrado por vía oral fue capaz de recuperar la movilidad de las piernas en ratones con daño en la médula espinal. “Hasta ahora, en el campo de lesión de la médula espinal en roedores, los tratamientos eficaces han incluido más de una terapia, a menudo con medios invasivos. Aquí, con un solo agente, hemos sido capaces de obtener una mejoría funcional. Esta es la primera vez que tenemos un medicamento que se puede tomar por vía oral para producir una mejora funcional”, reconoce Yoon.
El fármaco experimental, conocido como LM11A-31, fue desarrollado por Frank Longo, profesor de Neurología y Ciencias Neurológicas de la U. de Stanford, y está siendo usado en otras terapias experimentales, incluida una como tratamiento contra el alzheimer.
En esta investigación se usó LM11A-31 por su capacidad de prevenir la muerte de unas células llamadas oligodendrocitos. Estas neuronas rodean y protegen los axones (la cola de las neuronas), a los que envuelven con mielina: una capa grasa que permite la rápida transmisión de señales entre las células nerviosas, y entre el cerebro y los músculos.
Los oligodendrocitos siguen muriendo durante un largo período después de una lesión espinal. “Pensamos que si podíamos poner un freno a su muerte, se podría prevenir la degeneración continua de axones”, y así restaurar la movilidad.
Daño medular
En el estudio se usaron ratones con daño en la médula espinal, que suponía el corte del 75% de los axones de las neuronas encargadas de la transmisión desde el cerebro hasta los músculos, y que es lo que permite el movimiento de las piernas.
Para el experimento, se dividió a los ratones en cuatro grupos: los que recibían dosis de 10, 25 y 100 miligramos de LM11A-31 por cada kilo de peso, y aquellos que recibían placebo.
En los ratones que recibieron la mayor dosis del fármaco, la pérdida de oligodendrocitos se había recuperado en 50% en comparación con los del grupo control. Esto se tradujo en la recuperación funcional de la marcha (caminar con dificultad, pero coordinadamente) y volver a nadar.
Para Claudio Hetz, del Instituto de Ciencias Biomédicas de la U. de Chile, el resultado es muy prometedor, ya que en la actualidad no existen tratamientos efectivos que reviertan la parálisis en pacientes afectados. “El mecanismo de acción del fármaco es muy relevante, ya que protege a unas células muy importantes para la conducción del impulso nervioso, los oligodendrocitos, responsables de producir la mielina”, explicó.
Yoon dijo a este diario que en los próximos días iniciarán la segunda parte de la investigación, que incluye la administración del fármaco, pero con tiempos post lesión diferentes, para evaluar su acción.
Infografía
Fuente: latercera.com