La Fundación “Regálame Tú Sonrisa” retomará este año su programa de entrenamiento de perros de asistencia para personas con discapacidad motora y formalizará su relanzamiento el 20 de abril con el I Encuentro Canino en la Hacienda El Arroyo, al Este de la ciudad capital.
Las personas podrán asistir con sus mascotas a concursos caninos, exhiciones de perros de asistencia, agilidad canina, perros policía, así como a la jornada de vacunación y kioskos de comida.
La presidenta de la fundación, María Alexandra Calderón, informó que esperan el patrocinio de organizaciones públicas o privadas para cubrir nuevos entrenamientos, y adelantó que de agosto a diciembre la Fundación Bocalán -de origen español- dictarán un segundo curso a entrenadores de perros de asistencia.
Como antesala a este curso, el 1 y 2 de junio los invitados de la Fundación Bocalán realizarán un seminario sobre el tema, “porque nuestra meta es colocar este año 10 perros de asistencia”.
“Cápsulas de medicina peluda”
Calderón recalca que estos caninos son la extensión de brazos, piernas, ojos y oídos de una persona con discapacidad o con alguna enfermedad, de manera que se convierten en “cápsulas de medicina peluda, o el chaleco salvavida” de ese hombre o esa mujer.
Regálame Tú Sonrisa se fundó en 2001, “porque para mí el perro es un elemento de felicidad en la vida de las personas, y lo primero que hacen cuando tienen uno es sonreír”.
En Venezuela, los primeros cursos los dictaron en la escuela de equitación de la Fuerza Armada Nacional, en Fuerte Tiuna, Caracas, actividad que también apoyó el Círculo Militar y organizaciones privadas. Entonces se adiestraron cinco canes, que fueron entregados de forma gratuita entre 2003 y 2004 a personas con discapacidad motora.
La fundación también trabaja asistencia para personas con diabetes tipo I -para detectar bajas de azúcar- y autismo -para estimular la socialización en niños con esta patología.
Protocolo, entrenamiento y acoplamiento
El entrenamiento de un perro de asistencia es una tarea que demanda mucha responsabilidad porque la vida de una persona depende del animal y se deben cumplir todos los protocolos, incluso desde antes de nacer el canino.
Cuando finaliza el curso se determina el usuario del perro
Calderón especifica que dentro de la camada es seleccionado el perro que a futuro pudiera ser potencial de asistencia y eso lo determina un entrenador con el test de Campbell a las siete semanas de vida del animal. Para ello se hacen pruebas a través de diversos estímulos para medir atención social al hombre, capacidad de seguimiento al amo, aceptación de la obligación, entre otros aspectos.
Elisa Quintero Gimón, entrenadora de la Fundación Moon Wish, explica que se debe evaluar también que no haya mucha endogamia -cruces entre familia-, esto para descartar enfermedades, “porque la idea es tener un animal lo más saludable posible”.
Las razas que más se utilizan son el Labrador Retriever y el Golden Retriever -en promedio con 10 años de vida activa como perros de asistencia-, porque aparte de su inteligencia, su genética los lleva a la búsqueda del objeto, tienen una mordida suave y socialmente son más aceptados por su apariencia.
Durante sus cinco primeros meses de vida el perro convive con una familia adoptiva que recibe una preparación previa para asumir la socialización.
Debe exponer al cachorro a la mayor cantidad de estímulos o situaciones posibles como niños, otros perros y animales, ruidos de la ciudad, llevarlo en auto, a espacios abiertos como parques y demás lugares públicos, para que aprenda a trasladarse con la mayor naturalidad al subir y bajar escaleras mecánicas, pasar por las puertas rodadizas, aprender a subir ascensores, caminar por rampas movibles, controlar el miedo.
Luego pasa a un adiestramiento básico de obediencia. El entrenador lo enseña a sentarse, echarse, dar la pata, detenerse, y luego le enseñan habilidades específicas: abrir y cerrar gavetas, puertas, tracción de silla de ruedas, desvestir al usuario, arroparlo.
Cuando finaliza el curso se determina el usuario del perro. Para ello se hace una evaluación meticulosa de la persona y de su familia, se mide la empatía entre el perro y el hombre.
Para detectar una hipoglicemia -baja de azúcar- el entrenamiento del sentido del olfato es vital que el animal reconcozca el aroma de la saliva de su compañero en condiciones normales para luego detectar el olor característico que emanará hormonalmente el usuario en caso de un ataque.
Terapia asistida
Silvana Muriana, directiva de la Fundación Regálame Tu Sonrisa, apunta que para asistir terapias se pueden utilizar perros mestizos, como una herramienta más dentro de un proceso de rehabilitación del paciente, en conjunto con un equipo multidisciplinario de psicólogos y neuropsiquiatras.
En caso de problemas motores, estos perros hacen la terapia con el paciente porque sirven de ancla física para el ejercicio y estimulan la movilidad.
Muriana, quien actualmente cursa Psicología Educativa en la Universidad Central de Venezuela (UCV), aspira a realizar en el país proyectos educativos terapéuticos en los colegios para que los animales ayuden a niños con discapacidad a integrarse con sus compañeros. “Queremos continuar este proyecto, una educación para la sensibilización”.
Fuente: Noticias 24