Un enfoque de epidemiologia veterinaria desarrollado por Pan-Aftosa (OPS/OMS) (Astudillo et al.) considera que las condiciones políticas, económicas, sociales y culturales en las cuales se desarrollan las potencialidades productivo-reproductivas de los animales y los intercambios comerciales de insumos y productos de este proceso, determinan las particularidades epidemiológicas para la generación y diseminación de cuadros mórbidos que afectan esa población.
Este enfoque coloca la organización económico-social de la ganadería (estructura y procesos) como fuente de explicación para los problemas que afectan la salud productiva, e identifica y establece los mecanismos responsables por ocurrencias mórbidas, por su mantenimiento endémico en ciertas áreas y su difusión hacia otras, o por su no ocurrencia o aparición ocasional en algunas regiones, sin observar las divisiones políticas territoriales.
Es por ello que manejar información actualizada sobre la caracterización de los sistemas de producción, de los ecosistemas de las enfermedades y de la infraestructura institucional de los servicios existentes en la zona en estudio, es un insumo básico para establecer el nivel de riesgo, de vulnerabilidad y receptividad de peligro en los territorios y poblaciones ganaderas, así como para trazar las estrategias y tácticas sanitarias correspondientes.
Por otra parte la gestión sanitaria que deriva de la inspección del comercio pecuario internacional se ha visto exigida, ya que la globalización de la economía ha propiciado una expansión considerable del intercambio comercial de mercancías pecuarias y, con ello, un aumento del riesgo de ingreso, dispersión y establecimiento de enfermedades exóticas y endémicas importantes para los países.
Ante esas realidades o escenarios y la necesidad de los países de lograr y mantener perfiles de sanidad animal que favorezcan una mayor productividad animal y su participación en el comercio pecuario internacional, han ido estos identificando estrategias sanitarias para hacer viable la consecución de sus propósitos. La integración geopolítica es una de estas, lo que se ha puesto de manifiesto al desarrollar programas hemisféricos de erradicación de enfermedades de los animales, programas subregionales y convenios sanitarios de frontera.
La dinámica económica señala un camino natural de relacionamiento entre los países, que hay que propiciar para su desarrollo y el bien de sus habitantes, y no entorpecer con barreras sanitarias injustificadas y restrictivas del intercambio comercial, todo ello sin menoscabar la prevención y protección que deben asumir los servicios oficiales de sanidad animal. Del mismo modo, la lucha para alcanzar estatus sanitarios similares en las diferentes áreas geográficas lleva a favorecer el comercio pecuario internacional.
La consecución y mantención de mejores perfiles de sanidad animal en los países ha llevado a adoptar estrategias de integración para accionar en forma conjunta basándose en programas con alcances geográficos más amplios, metodologías homogéneas, ejecución y seguimiento conjunto y el establecimiento de bases institucionales para su sostenibilidad.
Una particular experiencia de integración e interrelación es la que se observa entre los poblados de diferentes países que están situados en la línea fronteriza, uno frente al otro, y que si se quiere hacen una sociedad local y amerita o demanda consideraciones particulares. Sus actores sociales, por una articulación de intereses, utilizan su capacidad de negociación para el beneficio de ambas partes y constituyen un circuito económico-social, muy intensivo en sus actividades comerciales, que trae consigo un inherente riesgo sanitario que debe ser atendido cuidadosamente.
Esta situación demanda ser atendida conjuntamente por los servicios oficiales de los países involucrados. Para ello se han utilizado los convenios sanitarios de frontera, apoyándose en la identificación, caracterización y delimitación geográfica del riesgo y una alta participación social, con un trabajo que ha motivado al personal de las áreas involucradas a operar integrado con una estrategia y tácticas similares, desarrolladas por las naciones basándose en la suma de sus experiencias, así como a una mejor utilización de la información disponible y un mayor conocimiento de sus sistemas de producción.
Veamos el caso del cono sur del continente americano y sus avances en la erradicación de la fiebre aftosa, y cómo para mantener la situación epidemiológica alcanzada siguen utilizando la vacunación, aun sin registrar ocurrencias y haber alcanzado el reconocimiento de libres por el organismo de referencia mundial. Así han mantenido las inmunizaciones, hasta lograr que la eficacia de los servicios de los países y su vigilancia epidemiológica sea semejante en su eficiencia para dar los márgenes de seguridad exigidos para prevenir la aparición de la enfermedad. Actitud tomada ante las experiencias vividas en el año 2000 por una epidemia que se extendió en la geografía de todos sus países.
En ese sentido, y en función de la integración, en la actualidad se utilizan las áreas de alta vigilancia en la frontera de Brasil, Bolivia, Argentina y PAraguay, donde en una franja de 15 kilómetros a cada margen de la frontera de los países se activa una especial acción conjunta de catastros y seguimiento continuo del funcionamiento de los sistemas de producción y la situación epidemiológica.
Los organismos internacionales de cooperación técnica y en especial el Centro Panamericano de Fiebre Aftosa han trabajado arduamente con los países para crear y consolidar esa integración geopolítica con excelentes resultados.
Los servicios oficiales de sanidad animal deben seguir alimentando con su experiencia y práctica acumulada la creación de las estrategias técnicas y de política institucional que los lleve a ser cada día más eficientes, y compartirlas entre ellos. La integración geopolítica y la participación social han sido componentes programáticos que han dado un vuelco a los avances de los programas sanitarios.
Consultas bibliográficas
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