La historia está llena de ejemplos de animales que han servido de mascotas y que la relación de los humanos con ellos ha sido beneficiosa bidireccionalmente. Por ejemplo sabemos que los egipcios tenían gatos como animales de compañía, los cuales eran importados desde la China tan tempranamente como el año 2000 AC. Ya en ese entonces eran utilizados para acompañar a personas con cuadros depresivos; reportando mejoría de estas dolencias y conformando una relación tan sólida con estos animales que eran momificados junto a sus dueños.
Por otro lado el perro se ha convertido en el animal «más humano» de los animales de compañía. Y se ha ganado ese título precisamente porque su desarrollo ha ido paralelo al desarrollo de la Humanidad a través de la historia. Fue sin duda uno de los animales que fue domesticado más tempranamente.
De hecho ha sido el perro el que actualmente acompaña al hombre en las diferentes profesiones que este realiza, por ejemplo bomberos, policías, mineros, perros guías y recientemente los ejércitos han recurrido a la asociación con perros en múltiples labores.
A estos perros se les ha denominado «perros de servicio» y en la actualidad son utilizados en la medicina sobre todo para la asistencia de pacientes con enfermedades como artritis, enfermedad de Alzheimer, esclerosis múltiple, distrofia muscular, dolor crónico y neuropatía diabética incapacitante.
Los estudios realizados demuestran que la sola presencia de la mascota en la cercanía del paciente es suficiente para disminuir la ansiedad y mejorar la intención de desempeño físico de estas personas.
Otros estudios médicos recientes han demostrado que la interrelación entre animales domésticos y personas tiene enormes beneficios para la salud y que esta relación es favorable tanto para la mascota como para el humano con quien interactúa. Ejemplo de esto es la publicación reciente en «Antrozoos», revista dedicada al estudio de los efectos obtenidos cuando las mascotas y los humanos interactúan, en su edición de diciembre de 2003 se presentan los datos obtenidos por la doctora en Biología Erika Friedmann, de la Universidad de Maryland, Estados Unidos; en este experimento se midió la presión arterial en personas que habían sido catalogadas como «prehipertensas» y se observó que cuando estas interactuaban con las mascotas los valores de presión arterial en ambos disminuían; entre más cercana era la interrelación con los animales, por ejemplo: hablarles, jugar con ellos, acariciarlos, el efecto antihipertensivo era mayor, asombrosamente cuando estos pacientes empezaban a interactuar con los humanos nuevamente, sus valores volvían a elevarse.
Pero los beneficios obtenidos con los animales de compañía no se circunscriben al área de la salud, los programas con mascotas han demostrado ser superiores al producir beneficios psicosociales, cuando estos se comparan con la realización de fisioterapia, manualidades, visitas a amigos y psicoterapia convencional. Se reporta además mejoría en la autoestima, motivación y sentimientos de mayor competencia en niños y adultos mayores cuando ellos tienen mascotas. No obstante es necesario recordar que las mascotas no son sustituto de un tratamiento médico adecuado, pero ayudan a proveer compañía y soporte hacia una vida más sana.
*Doctor en Medicina.
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Fuente: El Salvador