La listeriosis se produce normalmente por infección con Listeria monocytogenes, una bacteria grampositiva en forma de vara de la familia Listeriaceae.
¿Dónde está presente la enfermedad?
L. monocytogenes está presente en todo el mundo y está muy difundida en el ambiente.
¿Cómo se transmite y se propaga la enfermedad?
Los reservorios de infección son el suelo y los intestinos de animales asintomáticos, como mamíferos salvajes, aves, peces y crustáceos. Los animales infectados pueden verter L. monocytogenes en las heces, la leche y las secreciones uterinas. También se encuentra en fetos y, en ocasiones, en las secreciones nasales y la orina de animales sintomáticos. La mayoría de las infecciones se adquieren por ingestión, pero la listeriosis también puede propagarse por inhalación o contacto directo. En los rumiantes, la listeriosis suele producirse tras el consumo de ensilados u otros alimentos contaminados.
En el caso de las personas, entre las fuentes de alimentos contaminados se encuentran la carne y el pescado crudos, los productos lácteos no pasteurizados y las verduras crudas. L. monocytogenes también se ha detectado en alimentos transformados que se han contaminado después de su transformación. Se desconoce qué dosis es contagiosa por transmisión oral, pero se cree que depende de la cepa de la bacteria y de la sensibilidad de la persona. La transmisión vertical es la fuente habitual de infección en personas recién nacidas y en rumiantes. Las personas también pueden infectarse por contacto directo con animales infectados durante el parto de ovejas y cabras, o durante una necroscopia.
¿Qué riesgos representa esta enfermedad para la salud pública?
La listeriosis es una zoonosis. El periodo de incubación en adultos sensibles es de tres a setenta días, y se calcula que el periodo medio de incubación es de tres semanas. Normalmente, la listeriosis solo representa un problema para las mujeres embarazadas, los recién nacidos, los ancianos y las personas con deficiencias inmunitarias o debilitadas. Las mujeres embarazadas pueden experimentar un síndrome leve parecido a la gripe, con fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, leves mareos y signos gastrointestinales, o bien una infección asintomática. Después de unos días o semanas, puede producirse un aborto, el nacimiento de un mortinato, un nacimiento prematuro o septicemia en el recién nacido. Los recién nacidos pueden haberse infectado dentro del útero o por las bacterias que se hallan en la vagina durante el parto. Estos recién nacidos pueden desarrollar septicemia, granulomatosis generalizada, enfermedades respiratorias o meningitis; los síntomas pueden estar presentes en el momento del nacimiento o desarrollarse en unos pocos días o varias semanas. En los ancianos y las personas con deficiencias inmunitarias o debilitadas, L. monocytogenes puede producir meningitis, meningoencefalitis o, con menor frecuencia, septicemia.
¿Cuáles son los signos clínicos de la enfermedad?
Una gran variedad de mamíferos domésticos y salvajes, aves, peces y crustáceos portan asintomáticamente L. monocytogenes en su aparato digestivo. La enfermedad clínica se aprecia con más frecuencia en los rumiantes. El periodo de incubación de la encefalitis en los rumiantes oscila normalmente entre diez días y tres semanas. Pueden producirse septicemia y abortos después de uno o más días. La Listeria puede producir encefalitis, abortos y septicemia en ovinos, bovinos y caprinos.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad?
La listeriosis puede diagnosticarse aislando L. monocytogenes de la placenta, el feto o las secreciones uterinas después de un aborto. La sangre o el líquido cefalorraquídeo pueden someterse a cultivo en animales con septicemia o encefalitis. Tras una necroscopia, pueden someterse a cultivo el hígado, los riñones y el bazo de animales septicémicos, así la médula de animales con encefalitis. También se ha aislado L. monocytogenes a partir de secreciones nasales, orina, heces o leche de animales afectados; no obstante, también está presente en las heces y la leche de animales clínicamente normales.
L. monocytogenes puede identificarse en tejidos con varios métodos comerciales de identificación rápida, basados en pruebas bioquímicas y en reacciones enzimáticas. También puede detectarse a través de las técnicas ELISA, de inmunofluorescencia, de inmunocromatografía, de separación inmunomagnética y de la reacción en cadena de la polimerasa. La serología no se utiliza para el diagnóstico de forma rutinaria. Muchos animales sanos presentan altos valores cuantitativos de Listeria y se producen reacciones cruzadas con enterococos, Staphylococcus aureus y otros organismos.
¿Qué se hace para prevenir o controlar esta enfermedad?
La listeriosis puede tratarse con diversos antibióticos. Se requieren dosis elevadas y un tratamiento temprano para los animales con encefalitis; los animales con signos neurológicos graves suelen morir a pesar del tratamiento. También puede ser necesario un tratamiento de apoyo. El riesgo de listeriosis puede reducirse en los rumiantes alimentándolos con ensilados de buena calidad y un pH bajo. No existe ninguna vacuna para la listeriosis. La enfermedad puede prevenirse en gran medida en los seres humanos mediante buenas prácticas de higiene alimentaria.
Fuente: one-health.eu
Foto: Listeriablog.com