Caracoles gigantes africanos acabaron, en un día, con 2 mil 500 metros cuadrados de cultivo de ají, en el sector La Danta de Brion, hace un mes.
Dada su voracidad, las comunidades mirandinas están alarmadas por la proliferación del Achatina fúlica, que es el nombre científico del molusco.
Noiralih Quero, coordinadora de Salud Vegetal del Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral, Insai, ente adscrito al Ministerio de Agricultura y Tierras, indicó que el animal está presente en 16 de los 21 municipios de la región.
Cristóbal Rojas, Plaza y Acevedo son los municipios con mayor presencia del caracol gigante. En Zamora, los vecinos reportan su existencia, aunque las autoridades no tienen datos exactos.
Entre enero y abril, el molusco se escondió bajo tierra para escapar de las altas temperaturas registradas en la sequía. Por eso se vieron pocos. Reapareció con las lluvias de mayo.
En zonas urbanas el animal se guarece bajo la basura y en lugares frescos y húmedos.
El Insai afirma que continúa la campaña informativa para que las personas tomen el animal con guantes y lo sumerjan en una solución de tres litros de agua con un litro de cloro o un kilogramo de sal. Se deben dejar cuatro horas hasta que mueran. Luego se incineran o se entierran.
No obstante, los lugareños se quejan de que no ven a las autoridades actuar contra la plaga y que el lío quedó en manos de los vecinos.
Prevención. En Marizapa, Acevedo, reunieron mil caracoles en una hora en 2012, recordó Dixy Romero, vocera del Consejo Comunal Casco. Con las instrucciones de Insai y la Escuela Nacional de Educación Ambiental Socialista, los vecinos disminuyeron la población del molusco.
Un niño de 6 años que resultó afectado por los parásitos transmitidos por el caracol, continúa bajo control en el Hospital Vargas, Caracas, dijo su madre, Germani Campos. En los planteles locales regarán cal contra la plaga.
Fuente: Entorno Inteligente
