El estudio, llevado a cabo por científicos de la Universidad de Newcastle y en el que participaron 516 granjeros del Reino Unido, revela que las vacas “nominadas” daban al año 214 litros más que el resto. Dos de cada tres granjeros aseguraron que conocían a todas las vacas de su cabaña y un 48 por ciento se mostraron de acuerdo en que el contacto humano positivo era beneficioso para la producción lechera.
“Lo importante es tratar a las vacas como si fueran personas”, afirma Dennis Gibb, propietario de una vaca en las proximidades de Newscastle upon Tyne. “Tenemos más de trescientas vacas y a muchas las hemos bautizado con nombres de flores o de árboles”, explica el granjero en declaraciones que publica hoy el diario “The Times”.
Fuente: Heraldo
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