Una aplicación para teléfonos inteligentes puede convertirse en el principal aliado de Brasil, el país con mayor biodiversidad en el mundo, para reducir las muertes de animales silvestres atropellados en las carreteras, calculadas en cerca de 450 millones al año.
La aplicación informática, lanzada el mes pasado y que los propietarios de teléfonos inteligentes pueden bajar gratuitamente, permite a cualquier persona enviar desde su móvil la fotografía de un animal atropellado, a la que automáticamente se sumarán datos como el lugar (GPS), la fecha y la hora en que fue tomada la imagen.
Se trata del “Urubu Mobile” (Buitre Móvil), que en sólo un mes fue bajada por 1.000 personas y cuyos responsables, según explicaron a Efe, esperan que se popularice no sólo entre biólogos, guardias forestales, fiscales ambientales y policías de carreteras, sino también entre conductores de camiones y autobuses.
El objetivo es crear un banco de datos unificado sobre los atropellos de la fauna salvaje en el país y reunir informaciones que puedan servir como base a políticas o medidas para intentar reducir este tipo de accidentes.
“Queremos identificar con precisión cuántos individuos y de qué especies son atropellados por kilómetro y por día en el país”, explicó Alex Bager, profesor de ecología en la Universidad Federal de Lavras (UFLA) y uno de los principales especialistas en Brasil de la llamada “Ecología de Carreteras”.
Según Bager, que coordina un grupo de investigadores de cinco universidades dedicado a estudiar el asunto, además de ofrecer informaciones fiables sobre el atropello de animales, la aplicación permitirá crear un “sello de calidad” para certificar las carreteras más seguras para la fauna y determinar en qué vías es necesario adoptar medidas preventivas.
“Queremos ayudar en la conservación de la fauna salvaje y solo conseguiremos proponer acciones efectivas para reducir los atropellos si tenemos informaciones concretas”, agregó el investigador, para quien la aplicación permitirá diseñar mapas de las zonas y las especies más afectadas.
Según el especialista, tras la identificación de los tramos más peligrosos para los animales, es posible sugerir la instalación de túneles, redes de protección, pasadizos aéreos o hasta cuerdas que puedan ser usadas por los animales que viven en los árboles.
El proyecto, financiado por la Fundación Grupo Boticario de Protección a la Naturaleza, también permitirá crear una metodología única y fiable para contabilizar y validar las muertes de animales en las carreteras.
Los investigadores calculan en 450 millones al año las muertes de animales por atropellos, más de dos veces el número de habitantes del país, a partir de estudios con muestras limitadas.
En su primer estudio al respecto, en 2002, Bager calculó en 100.000 las muertes anuales de animales en un trecho de carretera de 150 kilómetros, con una tasa de 2,1 animales por kilómetro por día.
En 2010, a partir de las investigaciones del Centro Brasileño de Estudios en Ecología de Carreteras (CBEEC) en diferentes ecosistemas y de análisis de especialistas de países como EEUU y Australia, el investigador de la UFLA calculó en 265 el número de animales muertos al año por kilómetro de carretera en Brasil.
Teniendo en cuenta que la red de carreteras de Brasil llega a cerca de 1,7 millones de kilómetros, los especialistas concluyeron que cada año mueren atropellados 450 millones de animales.
De estos, 400 millones son pequeños vertebrados y 3 millones grandes vertebrados. Las principales víctimas son tapires, chigüiros, tortugas, zarigüeyas, gatos salvajes, perros del monte y osos hormigueros. El Urubu Mobile también permitirá, con la ayuda de 300 investigadores vinculados al CBEEC, identificar las especies más afectadas.
“Cada fotografía será analizada por cinco especialistas y la identificación de la especie será incluida en el banco de datos cuando al menos tres de ellos coincidan”, afirmó.
La aplicación también pretende apoyar a los administradores de reservas ambientales atravesadas por carreteras para que adopten medidas de protección más eficaces. Una de las mayores preocupaciones de los responsables por la tecnología es un proyecto de ley discutido actualmente en el Congreso y que flexibiliza las normas sobre construcción de carreteras en reservas ambientales.
Fuente: El Carabobeño