Sinónimo de nuestro estado y de lo hermosa que puede ser la naturaleza,el Henri Pittier es el parque nacional más antiguo de Venezuela.
Fue creado en 1937 bajo el nombre de Rancho Grande, por decreto del presidente Eleazar López Contreras. Posteriormente fue rebautizado en 1953 con el nombre de Henri Pittier, en honor al insigne geógrafo, botánico y etnólogo suizo, quien durante años dedicó su vida al estudio de la flora y la fauna existente en el parque.
El parque Henri Pittier posee una superficie de 107.800 hectáreas y se ubica en la zona norte del estado Aragua, comprendiendo gran parte de las costas aragüeñas y de la zona montañosa del estado Carabobo.
Se divide en dos sistemas geográficos: uno montañoso abrupto, con nueve ríos principales, así como amplia diversidad en flora y vegetación. Su segundo sistema es el de la zona costera con bahías, playas y balnearios con un enorme potencial turístico.
Este parque es una fuente de agua para las zonas que lo circundan y también es la tierra donde se cultiva uno de los mejores cacaos del mundo, especialmente en el pueblo de Chuao.
Está protegido por el Instituto Nacional de Parques de Venezuela (INPARQUES), responsable de llevar una política sistemática de conservación y preservación de sus recursos naturales.
La formación vegetal más estudiada es el bosque nublado en el que se han reportado hasta 150 especies diferentes de árboles en un área de 0,25 ha, donde el Cucharón o Árbol niño (Gyranthera caribensis) es la especie más representativa.
En el parque Henri Pittier se han reportado unas 140 especies de mamíferos, 580 de aves, 97 de reptiles, 38 de anfibios y un número de insectos que supera el millón de especies.
Entre la fauna amenazada se encuentran aves como la Polla de Wetmore (rallus wetmorei), el Jilguero cara amarilla (spinus yarrellii) y el Cardenalito (spinus cucullatus), mamíferos como el Mono araña norteño (ateles hybridus) y la Danta (tapirus terrestris), reptiles como el Caimán de la Costa (crocodylus acutus) y anfibios como el Sapito rayado (atelopus cruciger).
El primer parque nacional de Venezuela ha sido utilizado como un escenario para programas de educación ambiental, que buscan mejorar la conciencia sobre la conservación de la biodiversidad y los ecosistemas.
La investigación científica en la zona ha sido vital para comprender la complejidad de su ecosistema y desarrollar estrategias efectivas para su preservación.
Estos logros han sido posibles gracias al trabajo de investigadores, científicos, guardaparques y organizaciones conservacionistas que han dedicado sus esfuerzos a estudiar y proteger este invaluable tesoro natural.
Fuente: Notitarde/ Amaro Wildlife