Los caballos siempre se encuentran susceptibles a sufrir infestaciones parasitarias, cuando ocurre se refleja inmediatamente en el desempeño del animal, es decir, disminuye la productividad, el desarrollo, la función zootécnica, etcétera. Las consecuencias de una infestación parasitaria están influidas por el ciclo biológico de los parásitos, el grado de infestación, la especie del parásito infectante, la susceptibilidad del organismo infestado, el clima, la zona geográfica, la alimentación, etcétera. Los parásitos afectan a los caballos en sus diferentes etapas de crecimiento y es casi imposible que un caballo se encuentre totalmente libre de éstos, por lo que es importante llevar un control parasitario para disminuir al máximo la carga parasitaria, de no ser así los caballos sufrirán las consecuencias, que pueden ser de gravedad. Los equinos son susceptibles a contraer distintas enfermedades parasitarias a lo largo de toda su vida. Las condiciones de vida y la edad de los caballos van a determinar los géneros parasitarios que van a afectar a los mismos.
Los parásitos internos son la causa principal de cólico en los caballos y a menudo son el factor causal que contribuye en la presentación de varios problemas de tipo respiratorio, digestivo y de pérdida de la función zootécnica. Aunque los parásitos son un problema constante para los dueños de los caballos, su severidad puede reducirse con un programa antiparasitario preventivo formulado para tratarse.
El género que afecta a los equinos de manera más temprana es el Strongyloides westeri. Podremos encontrar huevos en materia fecal en potrillos de 14 días de edad. Los Strongyloides son vermes muy pequeños de 2 a 9 mm de largo que parasitan el intestino delgado. El modo de infección es percutáneo, a través de la ingestión de larvas infectivas, y por vía transmamaria, dado que las larvas permanecen arrestadas en las glándulas mamarias de la yegua y se movilizan al momento de la lactancia. Esto explica la presencia de la parasitosis en animales muy jóvenes. Los potros recién nacidos pueden presentar, a partir del noveno día, diarrea abundante de color verdoso, que puede acompañarse de deshidratación, adelgazamiento y muerte. Se recomienda el tratamiento con lactonas macrocíclicas a las yeguas preñadas una semana antes de la fecha prevista del parto.
Los huevos de pequeños Strongylus (ciatostomas) aparecen en las heces a partir de las seis semanas de infección. Estos parásitos son los más frecuentemente encontrados en los équidos. La parasitosis se adquiere mediante la ingestión de larvas infectivas que contaminan las pasturas. Las larvas ingeridas se localizan en el intestino grueso, penetran la mucosa y desarrollan a preadultos para luego emerger a la luz intestinal. También es probable que permanezcan en arresto (hipobiosis) en la mucosa por algunas semanas o meses. Este fenómeno ocurre principalmente en otoño. La mucosa presenta gran cantidad de pequeños nódulos que albergan el parásito en su interior.
En la primavera puede ocurrir que los parásitos emerjan al exterior produciendo importantes lesiones en la pared intestinal, lo que conduce a una importante diarrea.
Dada esta dinámica en el ciclo del parásito los períodos más favorables para la desparasitación son: al final del otoño, cuando las larvas comienzan a enquistarse, y a principios de primavera cuando las larvas emergen para transformarse en adultos. Varios grupos químicos son eficaces para eliminar los parásitos adultos. Para las larvas en hipobiosis se recomienda el fenbendazol a doble dosis.
Los parásitos del género Triodontophorus se comportan biológicamente como los ciatostomas pero no se ha descripto inhibición larvaria.
Las 3 especies de grandes Strongylus que afectan los equinos son Strongylus vulgaris,
Strongylus edentatus y Strongylus equinus. Se caracterizan por habitar el intestino grueso, miden entre 3 y 5 cm, y las formas infectivas son las larvas en tercer estadío que se encuentran en las pasturas de las cuales se alimentan los caballos.
Una vez en el intestino delgado estas larvas efectúan migraciones complejas por distintos órganos y sistema arterial, siendo esta su acción más patógena.
El Strongylus vulgaris es el responsable de producir arteritis parasitaria, dado que sus larvas migran a través de las arterias dañando las paredes de las mismas, en consecuencia pueden producirse coágulos, trombos y aneurismas, comprometiendo la irrigación. Las arterias más afectadas son las mesentéricas, iliacas y en algunos casos las espermáticas. Los problemas ocasionados por las larvas son variados en función del tamaño de los aneurismas y su localización. En los casos más leves se observa cansancio, disminución del rendimiento y cólicos más o menos intensos. En los casos más graves puede ocurrir la rotura de los vasos, hemorragia interna y muerte.
Los períodos prepatentes de los grandes Strongylus varían desde los 6 a 12 meses.
Las drogas eficaces para tratar los estadios larvarios son las lactonas macrocíclicas, los estadios adultos responden a una gran variedad de antiparasitarios.
Los cestodes que afectan a los équidos son Anoplocephala perfoliata, A. magna y Paranoplocephala mamillana. A. perfoliata es la especie más frecuentemente hallada en las necropsias. Las formas adultas del parásito miden entre 5 y 8 cm de largo y 1,2 cm de ancho, se ubican en la unión entre el íleon y ciego, pudiendo en casos extremos ocluir la válvula ileocecal. Su ciclo de vida es indirecto y requiere de la presencia de huéspedes intermediarios, ellos son los ácaros de vida libre de la familia Oribatidae.
Las formas adultas eliminan proglótidos grávidos al medio ambiente junto con la materia fecal, en la cual pueden permanecer como tal o desintegrarse liberando los huevos contenidos en su interior. Los huevos son ingeridos por varios géneros de ácaros oribátidos en los cuales desarrollan a la forma juvenil cisticercoide. Los equinos adquieren la parasitosis cuando al alimentarse de las pasturas ingieren los ácaros con el cisticercoide en su interior.
Con respecto a la patogenicidad de las tenias existe una relación significativa entre el número de parásitos y la severidad de las lesiones.
Gasterophilus spp, también denominados gusanos del cuajo, son moscas que depositan sus huevos sobre el pelo de las patas delanteras, hombros, alrededor de la boca y ollares durante un corto período de la primavera y el verano. Los huevos, de color amarillento, se observan en los extremos de los pelos y son ingeridos por el caballo al lamer estas regiones.
Eclosionan en la cavidad bucal y las larvas liberadas pueden provocar lesiones a nivel de la mucosa gingival ya que migran a través de ésta. Luego sondeglutidos y en el estómago mudan de L2 a L3. Las L3 se fijan en la mucosa estomacal provocando lesiones crateriformes y permanecen en ese lugar por un período de 8 a 10 meses, luego se eliminan con las heces. En el suelo se transforman en pupas y después emergen los imagos para completar el ciclo.
Las drogas eficaces para el tratamiento son laslactonas macrocíclicas y el closantel. Conviene administrar estas drogas en forma estratégica de acuerdo al ciclo del parásito.
La habronemosis se presenta principalmente en animales que se encuentran estabulados, ya que las moscas (Musca domestica y Stomoxys calcitrans) que actúan como hospedadores intermediarios se desarrollan en presencia de grandes cantidades de materia fecal. En la materia fecal las larvas de moscas ingieren a las larvas de Habronema spp., ambas desarrollan en forma conjunta y finalmente, en el aparato bucal de las moscas adultas, se encuentran las larvas infectivas de Habronema que son depositadas por las moscas en regiones húmedas y cercanas a la boca del caballo. Luego son ingeridas y completan su ciclo, desarrollando a las formas adultas en el estómago. En este lugar producen lesiones al incrustarse en la mucosa. Existe una forma de habronemosis cutánea, también llamada llaga del verano, que se produce por el depósito de larvas en una herida preexistente.
Finalmente, para la elección del tratamiento es recomendable tener en cuenta aspectos tales como:
1) La categoría de animales.
2) La biología de los parásitos.
3) El espectro de eficacia de los distintos compuestos antiparasitarios.
4) El tipo de explotación
5) Posible aparición de resistencia a los antihelmínticos.
Una nota final en la prevención parasitaria
- Romper el ciclo de los parásitos es muy importante y esto se logra con la administración de medicamentos antiparasitarios. Siga buenas prácticas de manejo para controlar la frecuencia y la propagación de parásitos internos.
- Los excrementos deben ser removidos diariamente de los pesebres y semanalmente de los potreros.
- Los potreros deben tener un buen drenaje y se debe evitar la sobrepoblación de animales.
- Agrupe los excrementos en vez de diseminarlos en el potrero donde comen los caballos.
- Use alimentadores para el heno y grano y evite alimentación manual.
- Inicie un programa efectivo para el control de las moscas.
- Rutinariamente examine a los caballos con signos reveladores de infestación.
- Usted debe consultar a su Médico Veterinario para que lo ayude a establecer un programa que sea práctico y adecuado a las necesidades de manejo de sus animales.
Fuente: Engormix